Gyokeres amarga la fiesta de Villas-Boas

No habían pasado ni 24 horas desde que el Oporto anunció que tenía nuevo presidente hasta que el balón echó a rodar en Do Dragão. El sábado, el club del norte de Portugal vivió uno de los días más traumáticos de su historia, poniendo fin a 42 años de Pinto da Costa en el cargo. André Villas-Boas ganó con una superioridad aplastante (80,3%) y, en su primer día, no ocupó el palco. Rechazó la invitación del ya expresidente y prefirió vivirlo desde la grada, donde tiene su abono. Allí se sumó a las muestras de agradecimiento a Pinto da Costa, con un aplauso antes de iniciar el partido y en el minuto 42. Al exentrenador se le acercaron muchos aficionados para darle la enhorabuena (alguno hasta con lágrimas en los ojos). Y el fondo de los Super Dragões, un grupo que ha apoyado fuertemente la candidatura de Pinto da Costa, desplegó una enorme pancarta de despedida.

Arrancado el partido, los jugadores salieron empujados por la enorme fuerza que mostraba un Do Dragão sobrexcitado. Un ambiente que también le pasó factura al portero visitante, Israel, que falló en la salida de balón y permitió a Evanilson marcar el primero. No fue la única del delantero brasileño que, a falta de Taremi, ha asumido el peso goleador del equipo. Tuvo otra ocasión que terminó en el lateral de la red tras un amago con el cuerpo con el que eliminó a Hjulmand y a St. Juste.

Un minuto antes del marcado por la afición para aplaudir en homenaje a Pinto da Costa (el 42, por los años que ha estado en el cargo), Pepe amplió la ventaja. Se lo debe agradecer a Martim, un lateral derecho que hace una semana estaba jugando la Final Four de la Youth League y que tuvo su primera titularidad en liga en este partidazo. La conducción desde su propio campo y el recorte que dejó en el suelo a Hjulmand precipitó los aplausos, que primero fueron para un chico de 18 años y, poco después, para una leyenda de 86.

Rúben Amorim reaccionó con Gyokeres, quien no había podido salir de inicio por problemas musculares, y que revolucionó el partido a partir del descanso. El delantero sueco agitó a su equipo y tener una referencia en ataque como él permitió a los verdiblancos avanzar metros con mucha más facilidad. Cuando se rozaba el final del partido, Gyokeres hundió la fiesta en Do Dragão con un doblete en el 87′ y el 88′. Mucho que ver tuvo Marcos Edwards, otro suplente, que asistió a los dos minutos de salir al campo y que fue expulsado a los tres. El Sporting, así, se queda a cinco puntos de ventaja sobre el Benfica a falta de tres jornadas. Ya huelen el título.

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