Greenwood resucita al Marsella

Un extraordinario remate de Mason Greenwood, su séptimo gol en la liga francesa, resucitó a un Olympique de Marsella que estaba herido tras el 0-3 que sufrió contra el PSG la semana pasada. El inglés, muy criticado por sus últimas prestaciones, certificó el triunfo del conjunto marsellés en Nantes, 1-2, que puso fin a una racha de tres partidos consecutivos sin conocer la victoria. El triunfo, capital para los de De Zerbi, le catapultan a la segunda posición, aprovechando la derrota del Mónaco el viernes frente al Angers.

Este Marsella, liderado siempre por Greenwood, tuvo dos caras en el primer tiempo. Una, muy positiva, con 40 minutos en los que bordó la perfección. La otra, no tan halagüeña, volvió a exponer los problemas defensivos de un equipo que sigue dejando muchos espacios y cuyas carencias en la defensa le pueden condicionar a la hora de pelear por cosas importantes.

Con mucha personalidad, tras haber sufrido una dolorosísima derrota ante el PSG, los de De Zerbi dominaron todas las zonas del campo. Con un Greenwood en permanente movilidad, con un agresivo Maupay, titular en detrimento de Wahi y con una gran ocupación de espacios, el Nantes no pudo salir de su campo hasta bien avanzado el ecuador del primer tiempo.

El dominio del OM se tradujo en el resultado. En una gran triangulación, Maupay aprovechó un gran centro de Rowe para embocar a la red un remate a puerta vacía. Hasta entonces, todo iba en viento en popa, pero un desajuste defensivo, provocado por una mala colocación de Kondogbia, central de urgencia por las bajas, permitió a Kadewere, solo en el área, empatar la contienda.

El Marsella, al que el gol había adormecido, se encomendó a Greenwood para solventar un partido que se le estaba complicando sobremanera. El inglés, que no estaba apareciendo entre líneas, denotó otro día más que es un jugador diferencial independientemente de los contextos. Con un zurdazo inapelable, ajustado al palo corto, marcó el 1-2, dándole al OM la tranquilidad que estaba añorando durante todo el segundo tiempo.

Ni mucho menos ese gol asentó la tranquilidad en el seno marsellés, que acabó con una defensa completamente renovada, fruto del nerviosismo de De Zerbi, que seguía sin fiarse del Nantes. Rulli apareció, para repeler un disparo de Kadewere. Después, Rabiot, con la derecha, se estrelló con el poste. Y, al final, el Marsella suspiró, logrando una victoria trascendental por la lucha en la segunda plaza.

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