Frío debut de Cristiano con el Al Nassr

Después de cumplir su sanción y ser parte del All Star de la liga saudí en el amistoso ante el PSG, Cristiano por fin debutó oficialmente con el Al Nassr, 24 días después de haber anunciado su fichaje por el club árabe. Lo hizo con una victoria ante Al Ettifaq, un equipo de media tabla cuyo jugador más conocido es el sueco Quaison. Las vueltas que da la vida; hace solo unos meses tenía suerte si enfrente no tenía a Halaand, Salah u Odegaard.

A pesar de haber sido el último en llegar, Cristiano saltó al césped de un Mrsool Park abarrotado como capitán del Al Nassr. Es el nuevo, pero también el que más cobra y el que más manda. Verle sin el brazalete hubiera sido un paripé administrativo. Si algún compañero tiene objeciones, solo tiene que quejarse al jeque y esperar una respuesta, probablemente, en forma de despido. Una vez expuesta públicamente la cadena de mando, Cristiano no tardó ni tres minutos en tener su primera ocasión en la liga saudí, pero su remate con la derecha se fue desviado a córner por un central.

Partido tedioso

El Al Nassr es un equipo que sin Cristiano ya estaba diseñado para ganar la liga saudí. Domina sus partidos, genera más ocasiones que su rival y suele ganar. El equipo ideal para el portugués, que para alimentar su ego y seguir engordando sus espectaculares estadísticas necesita ser nutrido de ocasiones. Casi todos los balones que atravesaban el medio del campo pasaban en el algún momento por sus pies o, al menos, iban en su búsqueda. A la media hora, Al Sulaiheem centró un balón al área para Cristiano, que remató al aire, y terminó en la cabeza de Talisca, que anotó el primer gol del Al Nassr en la era CR7. El tanto y un lazamiento de falta de Cristiano al borde del área que se fue por encima del larguero fue lo más destacado de la primera parte.

Lo que vino después del descanso fue más de lo mismo: un partido insípido donde Cristiano ponía algo de picante en sus intentos por anotar su primer gol. Probó hasta de chilena, pero no tuvo su día. Del resto, como era de esperar, poco se puede decir.