Fran Sánchez, arquitecto de un milagro

En Juárez se vive fútbol, al fin. En su primera temporada natural al frente de los Bravos, Fran Sánchez ha hecho historia. Dejó Valladolid a mediados de la temporada pasada para enrolarse en un proyecto en crecimiento. El objetivo fue siempre mejorar y, de poder, clasificar más allá de los Play-In. Esa barrera se ha roto por completo.

El proyecto de Juárez puede ser uno de los más ambiciosos en el norte del país. Un equipo con potencial y músculo financiero para competir contra los grandes, sí, pero adoptando otro modelo. Porque a diferencia del resto, la clave de los Bravos está en invertir con cabeza, a futuro para ser sostenibles. Así llegaron Óscar Estupiñán, Raymundo Fulgencio o Guillermo Ruiz, además de la apuesta por un ‘nobel’ como Martín Varini en el banquillo.

Y salió redonda. Entrar en la postemporada fue un reto mayúsculo que se pasó con nota. La victoria ante Pachuca in extremis rompió una puerta que parecía inquebrantable. Un equipo echado para delante, sobresaliente en el ataque (31 tantos en 21 partidos, 7 victorias y 6 empates) y, sobre todo, un fortín en casa (5 victorias, 3 empates y 3 derrotas). Unos números que impresionan para un equipo con la etiqueta de ‘modesto’, pero con la ambición de subir en la escala.

Porque el futuro es prometedor. Tras la salida de Varini, el club anunció la llegada de Pedro Caixinha, un ganador nato que elevará las exigencias de la plantilla. La dirección deportiva encabezada por el propio Fran Sánchez lo tiene claro: solo se puede ir a mejor. No por nada firmó al luso para el futuro. Un técnico acostumbrado a lidiar con vestuarios pesados -el último fue el Santos de Neymar- y que encima da resultados -dos Aperturas (Santos Laguna y Cruz Azul) y un Clausura (Santos Laguna)-.

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