FRANCIA | PSG

Euforia declarada en París

El PSG ve posible conseguir un Triplete, póker si añadimos la Supercopa, después de clasificarse para la final de la Copa de Francia. Luis Enrique lo asume.

París (Francia)
Mohammed BadraEFE

El Paris Saint Germain, en abril, es líder incontestable de la Ligue 1, está clasificado para la final de la Copa de Francia, ganó la Supercopa en enero y se encuentra en los cuartos de final de la Champions League, un escenario que habrían firmado todos los aficionados a comienzos de temporada, también Luis Enrique, considerado el gran artífice de un equipo que, aunque con cautela, ve posible un Triplete histórico para la entidad al final de la temporada.

“Queremos cuidar los detalles para estar en disposición de luchar por todos los títulos. La Liga la tenemos encaminada, la Supercopa es nuestra y la Copa estamos en la final”, declaró este miércoles, después de vencer al Rennes en las semifinales de la Copa de Francia, el técnico asturiano. El PSG se ha convertido en un equipo temible, con un fútbol vertiginoso, ofensivo y con pocas fisuras, claro mensaje para su próxima rival en Europa, el Barcelona, que deberá estar atento al vendaval ofensivo que ha cincelado Luis Enrique para intentar salir vivo de su visita al Parque de los Príncipes, el 10 de abril.

El conjunto parisino ha olvidado los fantasmas de antaño, un equipo en el que lo puramente deportivo, salvo alguna excepción, como la gestión de los minutos de Mbappé, monopoliza la actualidad deportiva en Francia. Si antes era un club en el que el ruido externo se manifestaba de forma estridente, ahora es la riqueza táctica de Luis Enrique y lo bien que juega el PSG lo que está marcando la temporada del Paris Saint Germain.

El exseleccionador español puede hacer historia en París. En primer lugar, porque ningún entrenador en la historia del PSG ha conseguido ganar los cuatro títulos posibles en una misma temporada y, segundo, porque nadie antes ha logrado ganar la Champions League, una competición que le ha asestado innumerables bofetadas a la entidad de la capital francesa y que, tras muchos años estrellándose, parece que esta temporada puede ser la primera en el que, por fin, se acerquen a la ‘Orejona’.

A pesar de las rencillas entre Mbappé y su entrenador en la Ligue 1, en la que le ha ido dosificando para, según ha reiterado, “acostumbrar al equipo a jugar sin él tarde o temprano”, ambas partes han antepuesto el interés colectivo para acercarse a los objetivos comunes. Este miércoles, ante el Rennes, el crack de Bondy falló un penalti, pero rápidamente se redimió, marcó un gol y le dio al PSG la clasificación a la final de la Copa de Francia por primera vez en tres años. Luis Enrique, por su parte, no le cambió, dejando claro que cuenta con el delantero para las citas importantes, esas en las que, a diferencia del campeonato doméstico, sí hay un título en juego.

El próximo escollo del PSG es el Clermont, después el Barcelona, una fecha marcada en rojo en el calendario del club por la importancia que puede significar clasificarse a las semifinales de la Champions, habiendo evitado en el cuadro a favoritos como el Manchester City, el Real Madrid o el Bayern. En París impera la cautela. El mensaje de puertas hacia fuera es que en la doble confrontación no existe un favorito, dejando claro que competirán con el máximo respeto posible y sin intentar alardear de favoritos, porque en ediciones pasadas el ir tan confiados les jugó malas pasadas. París sueña con un Triplete, Luis Enrique también. Y, por supuesto, Mbappé, antes de salir del club en el que ha jugado las últimas siete temporadas.

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