El vía crucis de Paulo Iago
Otrora la gran joya de La Fábrica, salió del Madrid con dardos. Las lesiones le han martirizado en el Sporting. El club blanco posee el 50% de sus derechos y en Portugal no le pierden la fe.
Paulo Iago era la joya de La Fábrica. Llegó con siete años y se marchó con 17. Una década. De prebenjamines a juveniles. A firmar con Jorge Mendes a los 14. A convivir con la hipérbole. A escuchar aquello de: “Es carne de primer equipo”. El halago, tan dulce y tan peligroso. Pero así se paladeaba. Interna y externamente. Fueron más de 200 goles y un sinfín de asistencias. Muchos highlights. La mayoría brotados de una zurda de seda. Y enorme expectativa. Por momentos, el as de esa baraja de promesas. Pero dejó de serlo. Algo se rompió. Dejó de contar para Arbeloa. De hacerlo de la manera que lo hacía. Y en verano de 2024 dijo adiós. Para aterrizar en Portugal, en el Sporting. Un nuevo comienzo, que todavía no lo ha sido. En algo más de año y medio, 17 partidos y un gol. Porque en su camino han aparecido las lesiones. Un tormento para Paulo Iago, para su proyección. Su vía crucis.
Martirio al que Paulo ha querido poner fin. Con una decisión madura, y madurada, el talento, ya de 18 años, eligió pasar por quirófano. Lo hizo el jueves en Madrid, caprichos del destino, en la Clínica Cemtro. Se sometió a una artroscopia y, al confirmarse la lesión de rodilla, se operó. Y con una sonrisa, mira al futuro: “Después de un largo tiempo con molestias finalmente he decidido dar un paso importante para poder volver al 100%. Pasé por cirugía, pronto empezaré el proceso de recuperación para poder volver hacer lo que más me gusta. Volveré…“. Y ese es el final del camino, volver, algo que ocurrirá dentro de unos meses. Pero el objetivo principal es volver de verdad. Sin dolor. Para poner fin al calvario. Para volar de nuevo. Algo que no ha podido hacer desde que dejó Valdebebas.
Su debut con los cachorros del Sporting no llegó hasta diciembre, más de tres meses después de su adiós. Primero, por unos problemas de inscripción con la Federación Portuguesa. Algo menor, simplemente por no haber cumplido aún la mayoría de edad. Después, por esas molestias físicas que le han trastabillado. Pero poco a poco empezó a contar, a entrar en dinámica. Hasta su cenital, el tramo entre abril y mayo. Ahí logró enlazar titularidades, cinco, con el plantel Sub-23. Con su tanto al Estrela Amadora, de penalti, como primera gran alegría. Sin ser de fuegos artificiales, firmó un final de 2024-25 prometedor.
Sin presión
Así lo entendían en el club. Y en verano hizo parte de la pretemporada con el filial y llegó a disputar un amistoso contra el primer equipo. Con buenas sensaciones, pero todo de una manera muy orgánica. Sin acelerar procesos. Algo que ha sido tónica habitual desde su llegada. Hasta llegar a su estreno hace unos meses en la Youth League, contra la Juventus. Un paso adelante que no lo fue tanto. Porque los problemas físicos seguían molestando. Y ahí empezó a cimentarse esa visita a la Clínica Cemtro. Ese paso atrás para dar dos hacia adelante. Todo en consonancia con el Sporting.
Porque en Lisboa son conscientes de que el potencial sigue ahí, latente. Y quieren manejarlo sin presión. “Para llegar al primer equipo, el proceso evolutivo del jugador es más importante que los propios resultados”, destacan conocedores de la situación. “Nadie duda de su talento y destreza”, añaden. En la cantera del Sporting mantienen la fe en su apuesta. Como Jorge Mendes, que renovó meses atrás su vínculo con el joven. La expectativa sigue ahí. Esa que hizo a los leones apostar fuerte por un jugador que tenía también a grandes como el Bayern de Múnich o el Dortmund tras sus pasos. O a la Premier, una puerta que se cerró por el Brexit (al ser menor de edad entonces, la normativa de fichajes de extranjeros lo prohíbe). Aunque Paulo Iago salió del Madrid para acelerar su salto a la élite y, de momento, se ha ralentizado.
¿Y el Madrid?
Aunque esa marcha del La Fábrica, no fue completa. La mitad de sus derechos todavía son propiedad del club blanco. La Fórmula del 50%, la Fórmula Real Madrid. Desde Chamartín se aseguraron que, si había explosión, habría réditos. También posibilidad de recuperar al futbolista. Por si acaso. Porque se era consciente de que el futbolista que salía no era uno más. De hecho, Mendes en persona se encargó de la operación y fue tratada prácticamente como una operación de primer equipo. Y Paulo Iago dijo adiós. Con flores y con dardos: “Me duele mucho irme por lo que me voy... Los motivos son los que son, me los guardo para mí. Hablaré claro cuando llegue el momento“. No ha llegado, pero la preocupación del joven no es esa, sino que llegue su momento.
Lamine Yamal
El momento de ese talento que compartía conversaciones de potencial con Lamine Yamal. Un caldo de cultivo que, al ser consciente la afición, disparó todavía más su expectativa al llegar al club lisboeta. Hasta el propio azulgrana lo reconocía en el podcast de José Ramón de la Morena: “David Sáez era un crack y ahora está en el Girona. Y Paulo Iago, que está en el Sporting. Estaban a mi nivel... Los veía y pensaba que iban a llegar seguro: cosas del fútbol". Paulo todavía lo piensa, que llegará. Pero, para ello, necesita dejar su vía crucis atrás. Por eso se ha operado. Por eso ha preferido dar ese paso atrás. Para tratar de dar dos adelante.
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