El tridente es cuarteto
Vinicius, Mbappé, Bellingham y Rodrygo gritan gol. De los últimos 12 del Madrid, 10 llevan su firma conjunta, incluidos los tres de la Intercontinental.
Sus siglas son un trabalenguas, pero Vinicius, Mbappé, Bellingham y Rodrygo gritan gol. Entre todos cocinaron la Intercontinental. El primero, entre los tres primeros con Kylian rompiendo el cántaro. El segundo, se lo guisó y comió el Rayo de Osasco. Y el tercero, Vini desde los 11 metros. Así desmontaron a Pachuca. Uno para todos y todos para el Madrid. “Ojalá sigamos así. Siempre que marquemos los tres ganaremos... ¡porque eso son muchos goles!”, exclamaba el MVP de la noche, simpático. Fuera de la ecuación anotadora quedó Jude, pero también fue artista principal en Lusail. Canalizador, el inglés entendió el idioma del partido cuando más indescifrable parecía. Un rendimiento que no es la aguja, sino el pajar. De los últimos 12 tantos blancos, 10 han sido del póker de oro. Un tridente ofensivo que es cuarteto.
Vinicius, simply the Best
El señor de las finales. En 12, 14 goles generados. Entre los ocho marcados y los seis asistidos. Cristiano, su ídolo, por contextualizar, lidera, con 16, el histórico blanco junto a Puskas y Benzema. Solo dos zarpazos de distancia... y Vini tiene 24 años. Palabras mayores. Venía de su mejor temporada. De 23 dianas, 11 asistencias y de participar en un tanto cada 88 minutos. De ser el mejor de la Champions, el pichichi blanco. De paladear (y merecer para muchos) el Balón de Oro. De recibir la corona de la FIFA en la víspera de la Intercontinental. Pero el 7 sube su apuesta. Aquel aviso en pleno despecho, “lo haré diez veces mejor si hace falta”, no ha caído en saco roto. Con lo de Lusail, donde despertó al Madrid de la siesto con un regate eléctrico, 14 tantos y 10 asistencias en 21 partidos. En la foto del gol cada 72′. Tras el The Best, Intercontinental, mejor jugador del torneo y de la final. Cuatro trofeos en 24 horas. Como diría Tina Turner, simply the best.
Mbappé, “a la altura de Mbappé”
“Cada vez congenian mejor (los de arriba). Y las acciones de Mbappé están a la altura de Mbappé. Había momentos donde la falta de confianza en las acciones era palpable, pero desde el otro día le veo bien”. El veredicto de Álvaro Benito, analista de AS y la SER, de Kylian. Si bien ya había empujado a la red el caramelo de Vinicius, el foco estaba en todo lo demás. En unos movimientos, desmarques, arrancadas, más desequilibrantes y con confianza. El tanto fue más de mono de trabajo que de pajarita, pero fue un paso más hacia el reencuentro. Consigo mismo, y no es baladí. En sus tres últimos partidos, gol, gol y gol. A Girona, Atalanta y Pachuca. Ni las molestias sufridas en Bérgamo cortaron los brotes verdes. En 23 partidos, 13 goles y 2 asistencias. Y su idilio con las finales sigue intacto. Festejó en la Supercopa de Europa, ídem en la Intercontinental. Ni los números ni las sensaciones son los del Mbappé de Florentino, pero en los últimos partidos ha cambiado de marcha.
Rodrygo, “no me puedes ver”
Vallecas le revitalizó. Un partido en la izquierda para enderezar su campaña. Gol y una alfombra hacia la titularidad en Lusail y ahí, entre el perfil diestro y la libertad del centro, un rayo partió al Pachuca. Un tanto de trilero, donde buscó, buscó y encontró. El hueco, la portería y la red. Los problemas físicos, un lastre a su rendimiento, bajo llave. Qatar lo confirmó. También el propio Rodrygo: “Ahora me siento bien. Me ha costado un poco por las lesiones. Estuve un mes fuera, volvía y me lesionaba... Fue muy difícil. Mentalmente es jodido, porque quieres estar bien y ayudar, pero no puedes porque estas lesionado. Fue difícil, pero todos me ayudaron. Sé que si estoy bien físicamente puedo ayudar mucho. Ya me encuentro mucho mejor”. De sus cinco goles y tres asistencias, dos y una han llegado en las dos últimas noches. Lo ha celebrado con su nuevo festejo. El ‘you can’t see me’ de John Cena. Ni la zaga del Rayo ni la del Pachuca pudieron verle. El mejor Rodrygo vuelve al Madrid por Navidad.
Bellingham, guerrero con esmoquin
O exhibe colmillo o ayuda a afilarlo. En Lusail no enjauló, pero cimentó el primero de la noche con un pase quirúrgico a Vinicius. Dejó varios detalles de postín, como una pisada Zidanesca que levantó algún ‘oh’ en una grada que no regaló jolgorio. Primer encuentro sin marcar en los últimos cuatro, aunque hizo todo lo demás. Posicionalmente más alejado, a priori, de la acción por tener a Vini, Mbappé y Rodrygo por delante, su fútbol omnipresente transformó el tridente en cuarteto. No mojó, pero brilló y bregó, como siempre. Siete tantos y seis asistencias en 21 partidos, su mejor comienzo exceptuando los fuegos artificiales de la 2023-24. Y la siguiente cita, el Sevilla, en una Liga donde no ha fallado a su cita con el gol en las seis últimas jornadas. Tras el trantrán del amanecer de la temporada, ha afinado la bota. Sigue siendo un guerrero (madridista que más duelos ha ganado, con 132), pero con esmoquin.
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