El Stuttgart muere en la orilla

El primer partido de Champions en el MHP Arena de Stuttgart después de 15 años de espera terminó de forma decepcionante para el conjunto alemán. Dos semanas después de terminar perdiendo por 3-1 en un choque en el que tuvo contra las cuerdas al Real Madrid, el conjunto suabo no pasó de un empate a uno ante el Sparta Praga que le sabe a muy poco a su afición, sobre todo, teniendo en cuenta una segunda parte en la que solo empujó un equipo, pero no fue capaz de decantar el marcador a su favor. Un punto después de dos jornadas es insuficiente para el vicecampeón de la Bundesliga. Todo lo contrario para el Sparta, que suma cuatro y sigue con los deberes hechos en la máxima competición europea.

Contra todo pronóstico fueron los checos los que comenzaron mandando en el MHP Arena y le causaron serios problemas a los pupilos de Hoeness. Sin embargo, al cuadro local le bastó con una sola oportunidad para decantar la balanza a su favor: un centro de Mittelstädt le sirvió a Millot, solo como la una en el área del Sparta, para poner por delante a los suyos por medio de un cabezazo potente y preciso que impactó en la esquina derecha del marco protegido por Vindahl. Gracias al tanto, los suabos comenzaron a hacerse con el dominio del duelo, eso sí, sin crear ocasiones claras para poner tierra de por medio en el marcador y, de la nada, fueron castigados por el Sparta. Un libre directo magistralmente ejecutado por Kairinen puso las tablas para un conjunto checo que no se fue con ventaja a vestuarios porque Birmančević y Vitik se toparon con el aluminio.

La cosa no cambió después del descanso, con un Stuttgart con aparente sensación de control, pero sufriendo demasiado atrás. La volvió a tener Birmančević en un disparo desde el corazón del área en el que Nübel se erigió como salvador de los alemanes bajo palos. A partir de ahí, el conjunto local terminó haciéndose con el partido, los cambios surtieron efecto y no paró de buscar el tanto que le diera sus primeros tres puntos en Champions, pero le faltó inspiración en los últimos metros y tuvo que darse por satisfecho con uno. Demasiado poco para un equipo que aún tiene que verse las caras con conjuntos de la talla de la Juve o el PSG.