El PSG se la juega

No existen dudas con Luis Enrique en París, pero la realidad es que el calendario es acuciante y el PSG afronta, a partir de este sábado, contra el Estrasburgo en el Parque de los Príncipes, el inicio de una escalada extenuante, en una semana en la que deberá medirse, además, al PSV en la Champions League y viajar después al Vélodrome para enfrentarse a su archienemigo, el Olympique de Marsella. Los parisinos no tienen margen de error, tras haber perdido el liderato en la Ligue 1 en favor del Mónaco y después de sufrir, en el Emirates frente al Arsenal, su primera derrota de la temporada en la Champions League.

No es un todo o nada para el PSG, aunque Luis Enrique siempre haya sido escéptico con los partidos que llegan después de un parón internacional porque menguan el ritmo competitivo. El actual campeón de la Ligue 1 necesita imperiosamente la victoria si el Mónaco, líder del campeonato, consigue doblegar al Lille este viernes. Un triunfo de los monegascos le dejaría a cinco puntos del primer puesto, a expensas de su duelo frente al Estrasburgo en el Parque de los Príncipes.

Si algo ha demostrado Luis Enrique en París en el año y medio que lleva es a eximir a los jugadores de responsabilidades y a no adaptarse nunca a los rivales. El inicio de temporada del PSG no ha sido malo, pero sus últimos dos resultados han generado cierto runrún en la capital francesa, acentuado por la relación del asturiano con los periodistas, después de caer en el Emirates contra el Arsenal el 1 de octubre.

El despegue definitivo del PSG está por llegar. Los tres partidos que se avecinan son de enjundia para la entidad capitalina. El Estrasburgo, que desembolsó, gracias a BlueCo, propietario del Chelsea, 55 millones de euros en verano, no será una perita en dulce y promete dar guerra en París. Lo mismo que el PSV, un equipo que castiga en las transiciones y que buscará sorprender en la capital francesa. Y, después, tras una semana fatigante, llegará el partido más importante de la temporada en Francia, el duelo frente al Marsella de Roberto de Zerbi.

“Las notas las pondremos a final de temporada. Hemos hecho un mejor inicio que la temporada pasada en cuanto a números”, deslizó Luis Enrique hace semanas. Y los números no mienten. El año pasado, el PSG comenzó el curso por detrás del Niza, revelación hasta que se le acabó la gasolina, para luego arrasar en el campeonato doméstico. Se había dejado siete puntos a estas alturas, mientras que en este arranque liguero apenas ha cedido dos empates, solo que el Mónaco se ha mostrado intratable.

La baja de Mbappé no preocupa en el seno del PSG, pese a que los números, en este caso, tampoco mienten. El delantero acumuló 44 goles la temporada pasada, por lo que, en las próximas semanas, tanto Barcola como Dembélé, incluido Asensio, recuperado de su lesión frente al Girona, deberán dar un paso al frente para subsanar, en la medida de lo posible, la baja del francés. “El colectivo es ahora lo más importante”, repiten en París. El PSG afronta el primer Everest de la temporada, con la mira puesta tanto en el liderato de la Ligue 1 como en aspirar a terminar entre los ocho primeros en la nueva liguilla de la Champions.

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