Luis Enrique tiene a su Bellingham

Luis Enrique tomó en verano, días después de ser oficializado como nuevo entrenador del PSG, una decisión de enjundia que tuvo bastantes escépticos. El técnico asturiano le comunicó a Verratti, también a Neymar, que no entraba en sus planes de esta temporada, enseñándole la puerta de salida a un jugador emblemático, histórico y que fue, junto a Marquinhos, una de las claves para que el conjunto parisino se convirtiera en el mejor equipo de Francia.

La decisión no fue en vano. El PSG había decidido darle un giro radical a su política de fichajes y optó por centrarse en un proyecto más afrancesado, con jugadores jóvenes y que pudiera moldear Luis Enrique. En el horizonte, apareció Zaïre-Emery, un chico de 17 años que ya había debutado con Galtier, pero que todavía faltaba pulir. Al Khelaïfi, años atrás, había intentado fichar a Camavinga y Tchouaméni, en consonancia con su nueva política, pero el Real Madrid se los birló en última instancia.

La irrupción de Zaïre-Emery ha subsanado varios errores del PSG en los últimos años. El más palpable, la falta de minutos a los canteranos. Jugadores como Nkunku, Diaby, Coman o Maignan se vieron obligados a hacer las maletas debido al poco protagonismo que tuvieron en París. Con Luis Enrique, sin embargo, ha sido diferente. El exseleccionador español no solo le ha dado confianza a Zaïre-Emery, sino que le ha catapultado como uno de los jugadores más importantes de su sistema.

Contra el Montpellier, el viernes, el canterano parisino firmó una actuación inmaculada. Marcó el 2-0 tras un taconazo de Dembélé, pero el despliegue físico que mostró y el aplomo en la medular que imprimió volvieron a ser determinantes para imponerse al rival en el centro del campo. Luis Enrique, encandilado con su nivel, le definió como “el ejemplo perfecto para los jóvenes que sueñan con jugar en el PSG”, palabras mayores por parte de un entrenador que se ha caracterizado siempre por dar minutos a los jugadores sin importarle su trayectoria o la edad.

Dos goles y una asistencia en los tres últimos partidos han convertido a Zaïre-Emery en la sensación del momento en Francia. La temporada pasada, con Galtier en el banquillo, disputó 917 minutos entre todas las competiciones. Durante el presente curso ya acumula 1.085, en una evidencia de que su importancia es capital para el equipo. Ubicado como interior, su potencia y su determinación recuerda a la de Camavinga, que con 16 años se convirtió en la sensación del fútbol francés.

Thierry Henry, seleccionador francés sub 21, no dudó en darle la capitanía, consciente de que estamos ante una de las mayores irrupciones de la última década en Francia. El jueves, Didier Deschamps dará a conocer la lista de convocados para el parón internacional de noviembre, en la que seguramente figure el canterano del PSG. En caso de debutar, superaría el récord de precocidad de Camavinga, que hizo su primera aparición con Francia con 17 años y 9 meses. Warren Zaïre-Emery tiene 17 años y 8 meses y en el camino ya se ha convertido en el debutante más joven de la historia del PSG y, por supuesto, en el goleador de menor edad. Una joya que quiere salvaguardar Al Khelaïfi, que tiene las negociaciones muy avanzadas para renovarle.

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