El Nápoles rompe récords de gastos pensando en el Barça

El Nápoles quiere cambiar el rumbo de una temporada hasta ahora desastrosa. Tras el negativo comienzo vivido con García, la crisis continuó con Mazzarri, y el resultado es evidente en los números: los azzurri marchan novenos, a 21 puntos del liderato (su defensa del scudetto terminó antes de empezar), y salieron de la Copa italiana con un terrible 4-0 en casa contra el Frosinone. La Supercopa de Riad, no obstante, dio señales positivas. Los sureños derrotaron 3-0 a la Fiorentina en la semifinal y, en la final, el Inter ganó solo por un gol sobre la bocina, disputando la última media hora en superioridad numérica por una polémica doble amarilla a Gio Simeone.

El equipo creció cuando Mazzarri decidió abandonar el proyecto inicial, que era “imitar” el fútbol de Spalletti, y optó por sus ideas, con las que ya hizo historia bajo el Vesubio hace más de una década: una defensa de tres (o de cinco...) sólida y organizada.

El club, por su parte, decidió hacer lo que no hizo durante el verano: reforzar la plantilla.

Leander Dendoncker es solo el último fichaje de un mercado de invierno de récord para los azzurri, que aún no ha terminado. El mediocampista llega cedido desde el Aston Villa con una opción de compra que rondará los 10 millones de euros. Antes, el Nápoles ya había hecho oficiales las incorporaciones del lateral Mazzocchi desde la Salernitana (traspasado por 3 millones de euros), del mediocampista ofensivo Traoré desde el Bournemouth (cedido con opción de compra de 25 millones) y la más cara, la de Cyril Ngonge. El belga, 23 años, tras un espectacular comienzo de temporada con el Verona (seis goles y dos asistencias en 19 encuentros), llegó por casi 20 millones de euros, y será una alternativa muy seria para Politano (que está a punto de renovar) en la banda derecha.

De Laurentiis, en estas horas, está trabajando para cerrar el mercado con un último fichaje, el de Nehuén Pérez. El argentino del Udinese, que también pasó (sin estrenarse) por el Atleti, costará en torno a 18 millones de euros y sustituirá a Ostigard, que se marchará al Genoa a cambio de 7 millones.

El presidente sureño cerrará, entonces, el mercado de invierno más caro en la historia del club superando los 40 millones en gastos, que se convertirán en más de 70 ejercitando en junio las opciones de compra para Traoré y Dendoncker.

El club quiere salvar una temporada en la que aún tiene un doble objetivo histórico: clasificarse a los cuartos de Champions y dejar así vivo el sueño de llegar al Mundial de clubes de la FIFA. Ante el Barça, el campeón de Italia podrá utilizar solo tres de sus nuevos fichajes, y a Mazzarri le tocará el bendito problema de elegirlos. Pronto, el italiano volverá a tener a su disposición a Osimhen y Anguissa, hombres clave ahora en la Copa de África, y podrá contar con una de las plantillas más completas de la Serie A. Hay material para recuperar terreno.