El Nápoles pierde puntos y goles

Eran 180 los minutos del Nápoles sin poder marcar goles, antes de llegar a Bolonia, en el Estadio Dall’Ara. Al final del partido debió sumar 90’ más. Mientras su defensa, que parecía inquebrantable, se astilló, después de tres clean sheets consecutivos.

La primera mitad del enfrentamiento, sin embargo, fue casi soporífera. Debido a una lesión en los isquiotibiales, Skorupski le cedió el puesto a su compañero Pessina, portero nacido en 2007, a quien el público ovacionó con entusiasmo por brindarle el apoyo y la energía necesarios. En realidad, los atacantes del Nápoles apenas lo pusieron a prueba durante los primeros 45’.

Los azzurri intentaron un disparo lejano con Hojlund en el 17’, y poco después, Elmas generó problemas a la defensa rival con Dallinga, quien se complicó la situación. Pero la circulación del balón resultó tan infructuosa como la efectividad del Nápoles. Hacia el final de la primera mitad, el Bologna también perdió a Rowe, quien, sin embargo, aguantó hasta el pitido final del árbitro para no ocupar un puesto de cambio disponible: Cambiaghi entró en la segunda mitad.

La idea de poner al delantero italiano fue providencial, ya que en el 50’ asistió a Dallinga, quien batió a Rrahmani en el primer palo y adelantó al Bologna, un equipo que, sin duda, no era tan irresistible como su rival. Pero tras el gol de los rossoblu, el Nápoles perdió la compostura: el Bologna jugó con mucha intensidad física, casi llegando a las faltas. Esto desestabilizó a los azzurri, cuya concentración decayó peligrosamente. En el 66’, el marcador se puso 2-0 a favor del equipo local con un cabezazo de Lucumì tras una asistencia de Holm.

Conte intentó dar entrada a Neres y Lang para apoyar a un enfadado Hojlund por las decisiones arbitrales que le afectaron, por ejemplo después de un choque con Ferguson y la presión rival. Sin embargo, el jugador más activo de los azzurri fue Gutiérrez, a quien Conte sigue dando confianza, y Holm incluso detuvo un disparo del español que intentaba romper el empate.

En general, el Nápoles intentó acercarse a la portería del Bologna, pero tímidamente. Entonces tropezó así con una derrota que podría resultar costosa dada la ajustada situación en la tabla ahí arriba y solo podrán recuperarse si reanudan la actividad principal: marcar goles.

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