UCRANIA
El mejor Balón de Oro de Shevchenko
Andriy Shevchenko visita a los niños de un campo de refugiados ucraniano en Polonia. “Hay que sacar a los niños de la guerra y a la guerra de los niños”.
Un Balón de Oro, un ídolo para los ucranianos, un mito goleador. Todo lo que logró a Andriy Shevchenko durante su carrera como futbolista nunca será tanto como su visita al campo de refugiados de Varsovia, un caluroso lunes de julio, casi medio año después de que Rusia invadiera su país y el de los niños que le recibieron.
En un acto promovido por War Child y Save The Children, con el apoyo también de Laureus Sport for Good, una decena de niños de la guerra provenientes de Ucrania exhibió una sonrisa y una mirada de quien, además de a una leyenda, ve a una esperanza. Desde que comenzó la guerra, se estima que al menos 5,8 millones de refugiados se han repartido por toda Europa, muchos de ellos instalados en la vecina Polonia. Más de la mitad son niños.
Shevchenko estuvo allí para dar aliento y apoyar TeamUp, una intervención diseñada para mejorar la salud mental y el bienestar psicosocial de los niños a través del juego. “Casi tres millones de niños de Ucrania se han visto obligados a huir de sus hogares en los últimos cinco meses como consecuencia del conflicto. El impacto físico de la guerra es evidente, pero no podemos olvidar el impacto psicológico en estos jóvenes. No basta con sacar a un niño de la guerra. Tenemos que sacar la guerra de los niños”, dijo Sheva.
Ex de Milan y Chelsea
“El deporte tiene un poder increíble para romper barreras y crear esperanza en tiempos de desesperación. Estoy orgulloso de poder ayudar a estos niños y a sus familias. Debemos seguir trabajando juntos por el futuro de estos niños”, explicó el que fuera gran delantero del Dinamo de Kiev, Milan y Chelsea, y hoy embajador de Laureus. Shevchenko ganó el Balón de Oro en 2004 y se retiró del fútbol profesional en 2012. Después prosiguió su carrera como técnico. Dirigió a Ucrania en la Euro 2020 y también estuvo en un club histórico como el Genoa de Italia.
Los niños de los campos de refugiados suelen ser silenciosos y retraídos, en algunas ocasiones, o descarados y prepotentes, en otras. Mediante estas ayudas a través del juego se les estimula para gestionar sus emociones y aliviar el estrés de sus cuerpos. Tienen entre 6 y 18 años. Las sesiones de TeamUp tienen el entretenimiento como fin, y animan a los niños a moverse, jugar y reírse juntos para que hagan nuevos amigos y encuentren una perspectiva más positiva.
“Los niños son resistentes por naturaleza, pero necesitan nuestro apoyo para volver a ser niños. Estamos agradecidos por la oportunidad, no sólo en Polonia sino en toda Europa”, comentó Frank Velthuizen, director del programa TeamUp en War Child. Con la presencia de Shevchenko todo es más sencillo. El que un día fuera afilado delantero, el mejor de Europa sin discusión, ejerce hoy como bandera de la ilusión, aquella que necesitan los niños para optar a un futuro mejor. Un espejo inmejorable, una visita necesaria.