El Marsella sueña

En el sur de Francia, en la Commanderie, hay un equipo, el Olympique de Marsella, que se resiste a darle la Ligue 1 a su máximo rival, el PSG. El conjunto marsellés encarna la fortaleza, el esfuerzo, el sacrificio, la furia y el pundonor que le empujan para lograr, al menos intentar, una de las gestas jamás vistas en la historia del fútbol francés, quitarle el título a un equipo formado por Messi, Neymar y Mbappé. La próxima semana se enfrentarán, como en los octavos de Copa, en el Vélodrome, a cinco puntos de distancia, en un ambiente infernal y con unos aficionados necesitados de títulos tras ya doce años de sequía. Los de Tudor remontaron en Toulouse, 2-3, un partido muy adverso que perdían 1-0 al descanso. Mbemba, Ünder y Tavares certificaron una remontada agónica que tuvo suspense hasta el final con el gol del japonés Onaiwu.

Si el Toulouse promediaba tres goles por partido desde el comienzo del año no es por casualidad. El conjunto de Philippe Montanier, exentrenador de la Real Sociedad, es una máquina de aniquilar al contragolpe. Tardó tan solo cinco minutos en adelantarse en el marcador ante un Marsella que salió a verlas venir en un partido clave para seguir el ritmo del PSG. Dallinga, fichado por el excelentísimo Big Data del Toulouse, que se apoya, además, en el Football Manager, remató un gran centro de Desler para poner el 1-0 en el marcador.

Aunque el Marsella tuvo una leve reacción, propiciada por un gran disparo de Clauss con la pierna izquierda que repelió Dupé de forma brillante, la realidad es que el Toulouse estaba imponiéndose en cada duelo, en cada balón dividido y en cada situación comprometida que se producía cerca de su área. Los de Montanier pudieron irse con mayor renta en el marcador, pero el español Pau López salvó distintas situaciones de peligro. Dallinga, Ratao y Aboukhlal, tres jugadores insaciables a la hora de correr, fueron una pesadilla para Balerdi, Mbemba y Kolasinac.

El fútbol avanza rápido, muy rápido, sobre todo para el Olympique de Marsella de Tudor, que es capaz de convertir un partido gris en una remontada apoteósica. En apenas diez minutos, el segundo clasificado de la Ligue 1 le dio la vuelta al marcador, en dos jugadas a balón parado marca de la casa del croata. La primera la materializó Mbemba, que es un central que hace de lateral e interior porque el sistema de Tudor no tiene posiciones fijas ni entiende de táctica. El segundo fue de Ünder, que batió a Dupé con un remate cruzado después de una segunda jugada en otro córner.

El estado de ánimo de este deporte, que solo los que han jugado pueden experimentar, explica que el Toulouse del primer tiempo, el infalible al contragolpe, se desvaneciera por completo tras los dos goles del Marsella. Tavares, hambriento, olió la sangre y, con una gran internada, marcó el tercero. El 1-3 fue letal, pero los de Montanier agotaron su último cartucho reduciendo distancias por medio del japonés Onaiwu. No hubo tiempo para nada más. El Marsella llega al clásico del próximo domingo a cinco puntos del PSG y con la moral por las nubes. Será un partido para los anales del fútbol francés.