El Lille silencia Marsella

Un gol de Diakite cuando el Vélodrome celebraba al unísono la victoria certificó el decimosexto partido consecutivo del Lille sin conocer la derrota. El conjunto norteño, una máquina competitiva, empató en el tramo final un encuentro que el Marsella tenía prácticamente ganado y controlado y que habría colocado a los de De Zerbi a dos puntos del Paris Saint-Germain, que juega este domingo contra el Lyon. Una desilusión tremenda, un jarro de agua fría para el OM, que se adelantó por medio de Merlin y no supo conservar la ventaja en los minutos de la verdad.

El partido fue una batalla táctica de principio a fin, un duelo a cara de perro, una guerra de guerrillas, un enfrentamiento en el que ambos equipos se jugaban mucho, muchísimo. Y eso que el Lille, que venía de jugar el miércoles, con 72 horas menos de descanso, llevó la voz cantante en los compases iniciales.

Invicto en los últimos 15 encuentros, habiendo sido verdugo de equipos del calado del Real Madrid, Atlético o Juventus en Champions, los de Genesio no se amordazaron en el fragoroso Velodrome, lleno hasta la bandera. De hecho, Rulli, portero del Marsella, fue el héroe del primer tiempo, escupiendo dos mano a mano de un desatinado Jonathan David, un sopor durante todo el partido, y estorbándole lo justo a Zhegrova para que su vaselina se marchara desviada.

Dominador con balón, no así en ocasiones, el Marsella maduró tanto la jugada que encontró su premio en una triangulación made in De Zerbi: atraer al rival con muchos jugadores, lanzar a un llegador, Rabiot en segunda línea y encontrar el hombre libre en el área rival. Fue Merlin, tras asistencia del mediocentro, el que, con una sangre fría espeluznante, dejó clavado a su marca y batió a Chevalier. El Velodrome, con el 1-0, rugía como si no hubiera un mañana.

Sorprendentemente, Genesio, entrenador del Lille, quitó a Zhegrova tras el descanso y dio entrada a Bakker, lateral y no extremo pese a su gol en Champions entre semana, en su lugar. El Marsella dominó otra vez la posesión, pero no terminó de cerrar el partido. Chevalier evitó el 2-0 de Balerdi con una mano milagrosa y Rulli se volvió a poner la capa para erigirse como el mejor portero de la liga francesa. El argentino, omnipotente, desesperó y mojó toda la pólvora ofensiva del Lille, no acostumbrado a encontrarse porteros tan certeros y brillantes en cada acción.

Cuando todo parecía visto para sentencia, en el albur del encuentro, con un Velodrome que ya veía al PSG a dos puntos de distancia, Diakite, de cabeza, en el minuto 87, silenciaba Marsella y confirmaba el empate del Lille, que hizo méritos para empatar el encuentro y en ningún momento le perdió la fe. Un empate que aumenta a 16 los encuentros sin perder para los Dogos, una racha espectacular teniendo en cuenta que por el camino se ha enfrentado a Real Madrid, Atlético, Juventus o Monaco, entre otros.

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