El karma se vuelve contra Brasil

Ancelotti se despide del parón de octubre con muchas certezas y muchas dudas. Mientras que parece que el primer equipo carbura, el plan B se cae a trozos. La actuación de Fabricio Bruno, zaguero de Cruceiro, fue la más criticada en la derrota en Tokio. No solo por los dos goles en los que quedó retratado, sino por las sensaciones previas al duelo. Porque "Brasil nunca había perdido contra Japón“, ni en amistosos ni en partidos oficiales. Una racha que termina en la capital del antiguo imperio.

El karma y el fútbol suelen ir muy de la mano. En el verde no hay egos, se quedan justo al límite de la línea de cal, la frontera entre la realidad y los focos. Brasil lo aprendió por las malas. La derrota rompe el idilio que vivía la Seleção en el fútbol asiático. Encima por las malas. No fueron pocos los medios locales que exaltaron el récord positivo ante los nipones, quitándole importancia al partido. “Un trámite”, llegaron a escribir. La pelota y el karma pusieron los puntos sobre las íes.

Las críticas inundaron las redes, especialmente la de las leyendas con pasado en la verdeamarela. “Basta de probar jugadores. En la próxima convocatoria. Hay que llamar a los jugadores en los que ya se piensa para la Copa del Mundo”, expresó FElipe Melo.

Grito al cielo

En plena reestructuración y con prácticamente el bloque cerrado, Carlo Ancelotti despejará varias incógnitas tras esta gira. La primera, en la defensa. Militão y Gabriel Magalhães son por diferencia los intocables. A Carletto le falta por encontrar sus reemplazos. De momento, ya queda claro que Fabricio Bruno no estará entre ellos.

“Pido a la gente que no sea tan cobarde como para crucificarme...”

Fabricio Bruno

“Quisiera disculparme. También quiero enfatizar que esto no me define como jugador. Mi carrera hasta ahora siempre ha sido difícil. Estuve lejos de mi punto de apoyo y terminé perdiendo fuerza. Fue mi error. Asumo la responsabilidad y pido disculpas a la afición brasileña. Estoy procesando el momento, sintiendo el dolor, pero con la cabeza en alto para seguir adelante”, recalcó el defensa de Cruzeiro tras la derrota ante Japón.

“Todavía queda mucho tiempo para el Mundial. Un error no me definirá como jugador. Quizás quieran etiquetarme, criticarme; es parte del proceso, pero definirme por 45 minutos, una jugada, es imposible. Pido que no sean tan cobardes como para crucificarme por un error que, lamentablemente, ocurrió. Es una lección aprendida: sentir el dolor y mantener la calma en este momento. Filtrar esta jugada, este momento, y seguir adelante en mi club para seguir teniendo oportunidades con la selección”, siguió. “Se trata de aprender, aprovechar lo bueno y sacarlo adelante, y mantener siempre una buena mentalidad, buscando siempre nuevas oportunidades porque el Mundial está a la vuelta de la esquina”, concluyó.

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