El final más cruel para Suiza

Drama suizo en Zúrich. La selección comandada por Yakin confirmó, con un empate a uno contra Serbia con tintes dramáticos, su descenso a la Liga B de la Nations League tras una fase de grupos en la que no logró mostrar en ningún momento su gran nivel exhibido el pasado mes de junio durante la Eurocopa. Las tablas hacen que los helvéticos lleguen al partido del próximo lunes contra España sin ninguna opción de huir de esa cuarta plaza del grupo 4 y, en contraposición, que los serbios alberguen todavía posibilidades de clasificarse para los cuartos de final.

Comparecían sobre el verde dos selecciones con una propuesta común: la de concederle una importancia mayor al orden y a la fortaleza defensiva que a la creatividad y la anarquía en ataque. Suiza, meritoria cuartofinalista en la Eurocopa del pasado verano (eliminó a Italia y a punto estuvo de echar también a Inglaterra), es un combinado que ha crecido en los últimos años llevando el pragmatismo por bandera. Serbia, que decepcionó en Alemania, busca recuperar su mejor versión bajo el mismo credo que los helvéticos. El resultado: unos primeros minutos donde los dos porteros, Kobel y Petrovic, fueron dos espectadores más en el Letzigrund Arena de Zúrich. El espectáculo, en lugar de en el césped, estaba en la grada con la animosidad y la pirotecnia de los desplazados serbios.

Las dos formaciones, más cómodas con un plan reactivo que propositivo, no veían demasiado problema en cederle la posesión al bando contrario y, por ello, el balón corría de un lado a otro sin que nadie se decidiese a domarlo. El factor diferencial pasaban a ser los chispazos individuales y, en uno de ellos, llegó la primera ocasión del encuentro. Edimilson Fernandes se arrimó a la frontal del área y, sin titubeos, chutó para amenazar por primera vez a Petrovic. El guardameta del Estrasburgo cedido por el Chelsea respondió con una buena estirada. Poco después, llegó la réplica serbia con un balón en largo que no logró hacer suyo Vlahovic y por el que el delantero de la Juventus reclamó un penalti que no señaló Turpin, árbitro de la contienda.

Con el paso de los minutos, las dos selecciones dejaron de tenerse tanto respeto y las pulsaciones del partido aumentaron. Más vehemencia en las presiones, más faltas... y más espacios y, en consecuencia, las primeras oportunidades reales para inaugurar el marcador. La primera clara la tuvo Serbia. Aleksa Terzic, el heredero de un carril zurdo que durante tantos años ha sido poblado por Filip Kostic, la puso con música al punto de penalti para la llegada de Vlahovic. El cabezazo del ‘23′ se marchó por encima del larguero. Los suizos, en su respuesta, vieron cómo la mala fortuna les negaba el 1-0: Embolo amagó y abrió al perfil diestro para Edimilson, quien puso un caramelo para Noah Okafor. El atacante del Milan entró en tromba y consiguió rematar, pero se topó con la madera.

El tempo del encuentro seguía en aumento y tanto suizos como serbios estuvieron muy cerca de perforar la portería contraría antes del descanso. Primero amenazaron los de Stojkovic. Amenda dudó y Vlahovic, inteligentísimo, robó y se fue como una exhalación hacia la meta suiza, pero no vio cómo Mitrovic aguardaba completamente solo en el segundo palo. El instinto de ‘9′ le nubló la vista al delantero juventino y Cömert, central del Valladolid, le comió la tostada. Contestaron los pupilos de Murat Yakin a los pocos instantes: Xhaka sirvió al área, Embolo la bajó de pecho y Amdouni, de volea, tampoco consiguió superar a Petrovic. Y así, sin hacerse daño, helvéticos y serbios enfilaron el túnel de vestuarios.

La segunda parte arrancó con bronca: Embolo le dio un manotazo involuntario a Zivkovic en la cara y éste se revolvió, desencadenando un conato de tangana que Turpin sofocó adoptando la decisión salomónica. Es decir, una tarjeta para cada uno. Acto seguido, Serbia erró una oportunidad inmejorable para quebrar la igualdad en el electrónico. Cömert se pasó de frenada y cometió penalti. Mitrovic chutó desde los once metros con confianza y al centro y Kobel, con los pies, le negó el 0-1. Amdouni, acto seguido, convirtió en héroe a Petrovic, quien impidió con un paradón a quemarropa el gol suizo. El partido se rompía por momentos y las intentonas de unos y otros dejaban muy atrás el tedio de gran parte de la primera mitad.

En ese contexto, era Suiza la selección que tenía más urgencias: el hecho de perder contra Serbia en la primera vuelta le hacía tener el average particular en contra. Esta circunstancia aseguraba, con el empate, su descenso a la Liga B de forma matemática pase lo que pase en el partido que jugará el lunes contra España en Tenerife. Por ello, Yakin dio un giro de timón cambiando a tres de sus grandes argumentos en ataque: Okafor, Rieder y Embolo. Sólo dejó a Amdouni, a quien acompañaría con Zeqiri, Kutesa y Monteiro. Y funcionó, vaya si funcionó. Porque fue precisamente Amdouni quien, en el minuto 78, consiguió por fin derribar la resistencia serbia. Freuler la bajó de cabeza en el área y el atacante del Benfica empaló una sensacional volea imparable para Petkovic.

Con el premio del gol, los helvéticos se desmelenaron y a punto estuvo de firmar Amdouni el doblete con un chut raso desde fuera del área. Se lo impidió el poste, aliado serbio para evitar un castigo aún mayor. Amdouni, otra vez Amdouni y Freuler perdonaron más tarde. Craso error. Serbia, que sufría con ese arreón helvético, se valió de un contragolpe para acabar con el sueño de la selección local. Vlahovic fue quien lanzó la contra. El futbolista de la Juventus arrancó la carrera y se la puso al espacio a Terzic. El jugador del Salzburgo no perdonó en el mano a mano para firmar un empate que descendía a Suiza y que dejaba a los serbios con opciones de jugar los cuartos de final. Dependen de sí mismos para conseguir el billete: si ganan a Dinamarca el próximo lunes en Leskovac, será suyo.

Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando.