El Chelsea, la casa de los líos

No hay día tranquilo en Stamford Bridge. Eso debe de pensar Mauricio Pochettino, que mostró su frustración tras dejarse igualar en el tramo final un 2-0 ante el enemigo íntimo del Arsenal. Hasta quién lanza una penalti provocó fricciones dentro del equipo del Chelsea. Una imagen ridícula que ejemplariza que todo el encaje del Chelsea está todavía cogido con pinzas. El tiempo sigue corriendo en contra de Pochettino, ya que el Chelsea sigue en crisis, calbalgando décimo en la tabla de la Premier y muy lejos de los resultados que se esperaba tras su gran despilfarro de dinero.

Se les antojaba muy felices el Chelsea a falta de 15 minutos para la conclusión, pero sufrió la maldición del ex. Declan Rice, crecido en la cantera blue, y Trossard, el jugador que fichó el equipo gunners tras las calabazas de Mudryk por el Chelsea, amargaron el triunfo al técnico argentino. Hizo mucho daño el regalo del portero Robert Sánchez en el primer gol del equipo de Arteta. Antes, los de Pochettino dominaron al Arsenal, pero las dudas sobrevuelan siempre por Stamford Bridge.

El esperpento se instaló en Londres a los 10 minutos de partido. Un penalti clamoroso por una mano de Saliba provocó la disputa entre los jugadores del Chelsea por quien lanzaba la pena máxima. Sterling y Palmer forcejearon por el balón. No hay ordenes claras. Enzo Fernández, que también estaba en la lucha, finalmente medió entre los dos atacantes y decidió que lo lanzara Palmer, que lo marcó engañando maravillosamente a David Raya. Cuando las cosas vienen mal dadas, cualquier chispa puede encender un incendio. Menos mal que el 10 del Chelsea marcó la pena máxima porque Sterling aceptó la orden de Enzo a regañadientes. El golazo de Mudryk parecía que traería una tarde plácida al Chelsea..., pero no fue así. En la locura del derbi de Londres, el Arsenal se fue con mejor sabor de boca.

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