El Brest llega tocado a Montjuic

El Brest se inclinó 3-2 en el campo del Mónaco en su último partido antes de visitar Barcelona el martes. Los de Éric Roy, que suman apenas 13 puntos en 12 jornadas, por 10 en 4 en la Champions, reaccionaron muy tarde a los goles de Akliouche (doblete) y Golovin y, aunque tuvo oportunidades para empatar, ya era demasiado tarde. A ello hay que añadirle que Lees-Melou, uno de los mejores jugadores del equipo, si no, el mejor, se fracturó el peroné y no estará en Montjuic. Akliouche, con un doblete, desbarató cualquier atisbo de remontada en el tramo final.

Es un equipo el Brest que da una versión radicalmente distinta en la Champions a la que muestra cada fin de semana en la Ligue 1. Mientras que en Europa es aguerrido, competitivo y férreo, en Francia, al menos hasta ahora, es endeble, pierde muchos duelos y es incapaz de mantener la concentración durante 90 minutos.

No era el mejor escenario, antes de ir a Montjuic, el campo del Mónaco. Los de Hütter, lanzados hacia la segunda posición de la Ligue 1, salieron al partido como si no existiera el partido de Champions el miércoles. Necesitó apenas cinco minutos para adelantarse, gracias a un excelente, excelentísimo Akliouche. Con una zurda prodigiosa, un elegido con la pelota, el canterano de los monegascos, con una sutilidad impresionante, batió a Bizot.

El Brest, letárgico, no reaccionó con el 1-0. Y, para más inri, perdió a Lees-Melou, su mejor jugador, por una lesión en el peroné. Salvo milagro, el mediocentro no estará en Montjuic, una quimera para el que será, sin duda, el partido más importante de su corta historia. Y justo tras la lesión, cuando todavía se estaban lamentando los de Éric Roy, Golovin embocaba a la red una segunda jugada en la frontal del área. El 2-0 era casi definitivo.

A pesar de la superioridad manifiesta del Mónaco, el Brest reaccionó en el segundo tiempo. Sima, a la salida de un córner, recortó distancias en el marcador y los cambios de Roy, expulsado por quejarse de una falta sobre Ajorque, surtieron efecto. Baldé tuvo el 2-2, pero su remate se machó fuera y Pereira-Lage obligó a Majecki a hacer una gran intervención.

En el tramo final, cuando más empujaba el Brest y cuanto más reculaba el Mónaco, volvió a aparecer un crack, un elegido, un futbolista que está erigiéndose como una estrella esta temporada, Akliouche. Con una vaselina extraordinaria, absolutamente imparable para Bizot, el canterano puso el 3-1 definitivo y confirmó la segunda plaza de los de Hütter en la Ligue 1. El Brest, aú así, no se rindió y, con un gol de Ajorque, maquilló el resultado en el último minuto.