El alirón del Nápoles tiene que esperar

El Nápoles no cantará el alirón desde la tele, al menos no en esta jornada. Los azzurri necesitaban que la Lazio no ganara contra el Sassuolo para ser campeones de Italia antes de jugar ante el Udinese (este jueves en la Dacia Arena), pero el 2-0 de los biancocelesti vuelve a aplazar su fiesta. Es un resultado fundamental sobre todo para los de Sarri, que venían de dos derrotas consecutivas y, con esta victoria, vuelven a ocupar el segundo puesto de la Serie A marchando con seis puntos de ventaja sobre el quinto puesto.

Los romanos construyeron el triunfo con un espectacular comienzo de partido, en el que merecieron marcar más de un gol. Uno, muy bonito, llegó con Immobile y fue primero validado y, después, cancelado por el VAR. En el 14′, no obstante, el 1-0 llegó gracias a un gran pase largo de Marcos Antonio recibido por Felipe Anderson, que batió a Consigli sin apuros. El gran defecto de los biancocelesti fue no aumentar la ventaja en su mejor momento, algo que pudo pasar factura ya antes del descanso, cuando Frattesi golpeó el larguero con un potente disparo.

El conjunto de Sarri perdió intensidad en la segunda parte, en la que el Sassuolo se instaló en el área rival, aunque sin darle demasiado trabajo a Provedel. Immobile fue sustituido (y se enfadó muchísimo en el banquillo) por Pedro, y la sentencia llegó solo en el descuento, cuando Basic comenzó una jugada que terminó él mismo, empujando entre palos la asistencia de Zaccagni para el 2-0. El Nápoles, entonces, será campeón si este jueves no pierde en el estadio del Udinese y, en la ciudad, muchos celebraron la victoria de los biancocelesti. Nadie prefería ganar desde casa…