Diego Merino, tras conquistar Venezuela: “Había que ser valiente”

Diego Merino (Mérida, 19/06/2024), llegó a Venezuela para hacerse cargo de Carabobo y apenas seis meses después se ha convertido en todo un ídolo en la ciudad de Valencia al llevar el primer título de la historia del club a las vitrinas. Un éxito inmediato que sólo se entiende a base de trabajo, humildad, ideas claras y constancia. Desde su tierra natal, en unos días de vacaciones para después retomar la actividad, atiende a Diario As para conversar sobre su etapa en el fútbol venezolano, repasar sus inicios y hablar de lo que está por venir.

¿Cuáles fueron sus primeros pasos como entrenador y con qué momentos se queda de ese inicio?

Siempre he estado ligado al fútbol. Yo jugaba pero a los 20 años lo tuve que dejar por una lesión de rodilla. No sabía muy bien de qué manera seguir en este mundo y fue mi padre el que me animó a dirigir en fútbol base. Con 23 años ya estaba dirigiendo en tercera división. Tras una muy buena temporada llegué al Rayo Vallecano, pasé por el juvenil, el filial... Luego me busqué la vida por muchos equipos y hace un par de años busqué una oportunidad, conocí al director deportivo de Carabobo y empezaron las conversaciones. Fuimos para allá y ha sido una muy bonita experiencia

¿Cómo fue esa experiencia de dirigir a jugadores en su mayoría, mayores que usted?

Surge la relación de manera natural. Los jóvenes debemos tener algo innato a la hora de gestionar un grupo. La experiencia te da lo que se necesita pero a corto plazo no es sencillo. Empecé en un club en el que ya conocía jugadores y me lo hicieron muy fácil. Luego ya en el Rayo, con cuatro años allí, me pude sentir más cómodo.

Cuando surgió la oportunidad de dirigir en Carabobo, ¿le costó decidirse?

Yo estaba decidido. Sí es cierto que la familia o amigos dudaban... Había que ser valiente. Me daban seguridad en el club, los pagos son puntuales... Pero me llamaba más la atención el reto que los posibles problemas. Carabobo es muy serio y la adaptación ha sido rápida y buena.

¿Pudo elegir algunos fichajes cuando llegó o ya no quedó tiempo de maniobra?

Confié mucho en el director deportivo. Yo conocía bien al equipo porque lo había seguido mucho y sabía que iba a contar con una buena base para competir. Yo no quise hablar de fichajes porque no es lo mismo ver un vídeo que ver la realidad. Más conversé por la tipología del jugador que por el nombre. Ahora sí que he dado tres o cuatro nombres a fichar.

Esos nuevos jugadores que llegarán, ¿son del fútbol venezolano o llegarán del exterior?

Siempre he tenido ilusión por España, creo que cuando hablaba antes con alguien de Venezuela... Me decían que el técnico español no funciona pero hemos echado la puerta abajo. Ahora tengo la ilusión de traer futbolistas españoles. Jugar la Libertadores, la Sudamericana... Es un gran aliciente.

Dentro de la plantilla de Carababo, ¿observa a algún joven con proyección de salir al exterior?

Sí, mira. El fútbol europeo es más académico y en Sudamérica cuesta mucho organizar. Pero hay ese talento natural. Aquí tenemos a un chico de apenas 18 años, Loureins Martínez, que en el primer partido marcó y luego tuvo la mala suerte de lesionarse de gravedad en la rodilla. Quizá sea el jugador que veo con más proyección.

¿Qué objetivos le marcaron al llegar a Carabobo?

La verdad es que cuando llegué, al tercer día dije que sobrevivir sería muy complicado. La dirigencia es muy exigente. Lleva tres años en Carabobo, ya han clasificado a previa de Libertadores... La liga es muy abierta. Están Táchira, Caracas y Puerto Cabello como grandes equipos pero todo está abierto. La propiedad no te dice de ser campeón pero aquí se quieren ganar todos los partidos. En momentos de dificultad está bien visto mover el árbol y agitar. Yo intenté poner calma, tranquilidad... Pero se nota cómo aprietan.

¿Cómo fue la adaptación en los primeros días, cuando apenas había tiempo para adaptarse antes del torneo?

Al llegar me dijeron que intentase inculcar mi idea, que el grupo tenía ganas de cosas nuevas. Sin embargo, a mí me gusta defender la pelota parado al hombre y tuve que cambiar a combinado porque encajamos varios goles aunque no me gustaba. Lo que sí he visto es que al jugador le importa mucho cómo eres con ellos, por eso he tratado de hablar poco, ser claro, transparente... Yo creo que es importante la humildad con la que se llega, si no habrá rechazo.

¿Qué estilo de juego le gusta implementar?

Me gusta que el equipo tenga fútbol. En España me tocaron equipos menos técnicos y había que ser más defensivo, pero en un escenario ideal me gusta tener el balón y dominar. Me gusta una buena organización, aquí hemos sido el menos goleado, al que menos le finalizan. Aunque domine me gusta la verticalidad que no te convierte en previsible. Hemos dominado porque tenemos jugadores con buen pie y duelo individual.

A nivel de organización, ¿qué le ha parecido el campeonato venezolano?

Me ha gustado, quizá veo dos puntos de mejora. Uno es la afluencia de público. Hay equipos que sí tienen mucha fuerza social pero hay otros que apenas suman aficionados. Ojalá veamos todos los estadios llenos. Lo otro son las instalaciones de entrenamiento. Me ha gustado como se viven los partidos, la historia de los clubes.

En cuanto al fútbol de formación, ¿cómo ve el presente de Venezuela?

Se está tratando de crecer en el día a día pero es una cuestión económica. Hay talento y una serie de jugadores impresionante. Si Venezuela lograse jugar su primer Mundial sería un gran impulso. Latinoamérica tiene mucho nivel y no es fácil alcanzar ese nivel. Hemos hablado los técnicos con el seleccionador Batista para mantener una línea de trabajo y se progresa. Hay talento y si hay un trabajo constante llegarán los frutos.

De cara a la Copa América, ¿cómo ve a la Vinotinto?

Está compitiendo bien, en las Eliminatorias están sólidos, con buena energía... Creo que la mentalidad antes era derrotista y eso juega malas pasadas. Cuando no has conseguido nada, creer es complicado pero ahora están en un punto de confianza importante tras empatar con Brasil, competir con Ecuador...

¿Dónde se ve a corto o medio plazo?

Estoy muy agradecido al club por todo y de momento me apetece seguir aquí. Al ganar el Apertura ya jugaremos la final absoluta y me hace ilusión prepararme para eso. Sería un sueño poner la primera estrella en el escudo. No me quiero bajar del fútbol profesional, aunque he dirigido en otras categorías, quiero seguir aquí. Y pienso que lo mejor está por llegar.

¿Con qué entrenadores se queda, algunos nombres que le hayan marcado?

Me gusta ver fútbol más por los entrenadores que por los futbolistas. Los analizo y trato de ver lo que aportan. De Zerbi ha aportado muchos conceptos diferentes. Si te digo nombres serán de figuras que no están en el foco. Desde Pablo Álvarez, Albert González, Rubén de la Barrera, Borja Jiménez... Trato de ver equipos de entrenadores que me gustan,

¿Cuánto tiempo a la semana le dedica a su trabajo?

Esto sí es un punto a mejorar. Aquí me decían de ir algún día a la playa y en siete meses sólo fui un día y obligado porque lo organizó el club. Más allá de la hora que salgo a correr, mi día es ver fútbol, hablar con entrenadores... Mis allegados me dicen que me tome un respiro, que salga a tomar algo... Y con el paso del tiempo debo mejorar ese aspecto.

En cuanto a la salud mental, ¿qué importancia le da a la hora de trabajar con la plantilla?

Es muy importante. Sorprende que un futbolista de 33 años que lo ha ganado todo valores que te acerques y le digas algo, le mandes un mensaje... Aquí por los niveles de jerarquía es muy importante ser natural, mirar a todo el mundo igual. Tenemos a Edson Tortolero, que ha sido uno de los mejores jugadores y estaba a un paso de dejar el fútbol, pasado de peso... Hablé con él y finalmente retomó las ganas. Doy mucha importancia al trato personalizado.

En el tema personal, ¿cómo se ha adaptado a Venezuela?

Mis padres vinieron en dos ocasiones, la primera algo asustados. Pero aquí en Valencia he salido a pasear, a correr, al supermercado... He hecho una vida normal y me he encontrado con un país encantador. En estos últimos días ya no podía salir a correr porque me paraban para una foto, un abrazo... Para mí Venezuela va a estar en mi corazón siempre.

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