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Dibu: “Duermo con los osos de peluche que me regaló mi mujer”

El portero de Argentina desveló en una entrevista en ‘France Football’ cómo se prepara mentalmente para los partidos y desveló alguna intimidad.

Andrew BoyersAction Images via Reuters

Emiliano ‘Dibu’ Martínez concedió una entrevista a ‘France Football’, después de haber ganado por segundo año consecutivo el trofeo Yashin, donde contó alguna intimidad y desveló cómo se prepara mentalmente para los partidos. Entre sus rituales antes de los encuentros está el de dormir con unos osos de peluche que le regaló su mujer antes del Mundial 2022.

Encontré mi rutina hace seis años. Nunca me pierdo mi sesión de relajación y mi hora y media de pilates dos días antes del partido, ni mi psicólogo el día anterior. Es un equilibrio para evitar lesiones y mantener mi fuerza y flexibilidad. Las grandes paradas de mi carrera, sobre todo en la final del Mundial de 2022 contra Randal Kolo Muani, vienen de ahí. Soy muy supersticioso al respecto. Una vez, hace dos años, no seguí mi rutina porque tenía compromisos de marketing al final de la temporada. Me lesioné durante nueve días. Me enfadé mucho”, reconoció el portero de la selección de Argentina.

Más curiosa es la rutina que sigue la noche antes de los encuentros: “La noche antes del partido, en el hotel, estoy tranquilo. Siempre me doy un masaje de hora y media, luego me tomo un somnífero. Apago todo lo que hay en la habitación y veo una película. Siempre sigo el mismo patrón, tanto si me preparo para la final del Mundial como para un partido contra el Fulham. Luego me duermo con los ositos de peluche que me regaló mi mujer antes del Mundial de 2022. Me dijo: ‘Estarás fuera más de un mes, pero así podrás dormir con nosotros todas las noches’. Desde entonces, las llevo conmigo a todas partes”.

Cuando estoy en la selección, también hago yoga. Si sigo todo eso, podré jugar después de los 40. He aprendido mucho desde que me lesioné a los 21 años. No comía bien, no hacía nada además de entrenar. Y justo antes del COVID, en 2019, conocí a mi psiquiatra. Él me saca la cabeza del agua cuando estoy de bajón y me calma cuando me dejo llevar. Este equilibrio me permite rendir bien y con regularidad, gracias a un cuerpo y una mente sanos”, continuó.

Su marcada personalidad le ayuda a manejar la presión y a controlar lo que sucede en el campo: “En el vestuario, nunca grito, apoyo. Me gusta asumir la presión de la afición rival para que mis compañeros puedan jugar libres. Con los delanteros, apuesto relojes a que tendré más porterías a cero que ellos goles marcados. Antes de los grandes partidos, les recuerdo a los chicos de dónde vienen, los sacrificios que han hecho y los sueños que tenían de niños [...] Si estoy disgustado por algo que no funciona, lo digo. Me niego a perder. Desde que llegué al Aston Villa, he asumido estas nuevas responsabilidades. Por eso sigo siendo fiel a este club, porque me ha permitido alcanzar un nivel más alto”.

Para Dibu Martínez, el trabajo con Javi Gracia, preparados de porteros del Aston Villa, es básico para que él pueda rendir a un gran nivel y aseguró que la imagen que transmite en el campo no tiene nada que ver con la realidad: “Necesito que mis pies sigan a mi cabeza. Tengo que estar en forma y equilibrado para poder llegar a cualquier balón. No provoco, sólo juego. La gente que me conoce sabe quién soy. Soy un osito de peluche. La gente dice que soy arrogante. Lo doy todo por mi club y por mi país. A algunos les gusta, a otros no tanto. En los clubes, me callo, no hago tonterías, salvo que alguien me insulte o me tire cosas. En Argentina es diferente, los aficionados quieren algo distinto. Una buena parada puede ser mi venganza, eso es lo bonito del fútbol”.

El Dibu aprovechó para elogiar a su entrenador, Unai Emery, que, en su opinión, le ha hecho mejor portero: “A Unai Emery le gusta que mantenga el balón para poder controlar el juego. No quiere que se la dé a los centrales si no tengo prisa, porque ellos la tendrán. Quiere que salga de mi área para estirar nuestra línea defensiva y construir. Juego en dos posiciones: a menudo digo que soy defensa central además de portero. Me exige mucho en ese aspecto y he aprendido mucho de él. Lo que más me costó dominar fue la forma en que tiramos el fuera de juego, con una línea muy alta. Me pasé horas con el entrenador de porteros y los Sub-21 trabajando en la lectura de los pases en profundidad para entender cuándo me tocaba a mí avanzar”.

“Los delanteros, a veces se asustan”

Dibu Martínez

Uno de los puntos fuertes del Dibu son sus salidas por alto, donde impone su autoridad frente a los delanteros: “Salir por alto es uno de mis puntos fuertes. Me siento poderoso en el área. Si estoy en posición, no hay ninguna posibilidad de que alguien se me adelante, aunque el jugador mida 2 metros. Los rivales saben que soy imponente y agresivo. Puedo salir con la rodilla por delante y a veces se asustan. Me adelanto rápidamente, miran el balón y no quieren que les dé en la cara. Cuando me oyen gritar, ya no quieren saltar. Atrapar un balón es como marcar un gol para un delantero. Inicia mi juego. No busco asustar, sino controlar el área”.

El portero argentino ha ganado fama por su habilidad para detener penaltis, una mezcla de trabajo e instinto: “Nos preparamos mucho para ellos, pero a veces el escenario final es completamente distinto. A veces me lanzo en función de lo que siento, más que de lo que recomienda el vídeo. Si reacciono bien, mis pies me siguen. [...] Por eso interactúo con los aficionados, quiero quitarme toda la presión de encima”.

El Dibu regresó la convocatoria de Argentina para jugar contra Paraguay y Perú después de cumplir una sanción de dos partidos que le impuso la FIFA: “Contra Chile, era solo la alegría de haber ganado dos Copas América seguidas. Los hinchas gritaban mi nombre, querían que hiciera esto [colocar el trofeo delante de sus genitales] Duró dos segundos e hicimos una montaña de ello. Creo que de ahí vino la sanción, más que de empujar una cámara en el siguiente partido [contra Colombia]”.

Los hinchas colombianos me insultaron durante todo el partido. Les habíamos ganado dos veces, así que es normal que no les caiga bien. Yo felicitaba a cada uno de los jugadores y el cámara colombiano me seguía riéndose de mí. No lo emitieron por televisión. Entiendo que esté trabajando, pero también tiene que respetarme. He trabajado toda mi vida para estar en la selección. Me han suspendido dos partidos, mientras que hay gente que ha hecho cosas mucho peores. Algunos hablan de arrogancia o de mal comportamiento. No me importa lo que digan de mí”, se justificó.

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