Desastre de la Juve ante el Sassuolo

La gran ventaja de este curso, para la Juventus, es no tener compromisos europeos. Justo en la semana en la que sus rivales jugaron Champions, Europa y Conference League, sin embargo, los de Allegri cayeron por primera vez en este campeonato, demostrando una inesperada fragilidad defensiva ante un rival que sumaba solo una victoria y tres derrotas en las primeras cuatro jornadas.

Allegri repitió once por primera vez desde el comienzo de su segunda aventura bianconera, y los suyos arrancaron el encuentro con agresividad y ocupando la mitad de campo rival. Tras 13 minutos casi totalmente bianconeri, que buscaron la portería con un zurdazo de Rabiot, apareció el Sassuolo y abrió la lata con la ayuda de Szczesny. El guardameta no pudo neutralizar un sencillo remate desde fuera de Laurienté y lo empujó en propia puerta.

Poco después, no obstante, Viña hizo lo mismo: el lateral, intentando anticipar a McKennie ante un centro de Chiesa, puso involuntariamente las tablas. El 1-1 le dio ánimo a una Vecchia Signora que, a pesar de tomar las riendas del encuentro, nunca le dio trabajo al guardameta Cragno. Los locales, en cambio, volvieron a golpear con puntería gracias al talento de Berardi, que recibió un pase de Hernique y batió a Szczesny con un preciso remate desde la frontal. Los vaivenes continuaron en una reanudación que se encendió en su último cuarto de hora. Justo después del cambio de Vlahovic, que se fue al banquillo enfurecido y fue sustituido por Kean, la Juve empató otra vez con un disparo al primer toque de Chiesa, a pase de Fagioli. Era el 78′ y cuatro minutos después el Sassuolo volvió a hacer daño en el área rival: Laurienté disparó desde lejos y, ante el rechace de Szczesny, apareció Pinamonti, que anotó el 3-2 con un testarazo.

En los últimos minutos estuvo el 4-2 estuvo más cerca de un nuevo empate de la Juve, que decidió regalarle la sentencia a sus rivales en el 95′ de manera absurda: Szczesny lanzó una falta desde la banda izquierda cediendo al central Gatti, que le devolvió el balón antes de que el portero tuviera tiempo para regresar entre los palos. El digno final para un partido repleto de sorpresas.