De Ligt evita líos antes de ir al Etihad

En el fútbol, cinco días son un siglo. Y dos partidos entre los mismos dos equipos, dos universos. El pasado martes el Friburgo eliminó al Bayern en cuartos de final de la Pokal gracias a un gol penalti en el descuento. Fue el primer gran tropiezo de Tuchel en el banquillo bávaro tras debutar con una exhibición ante el Dortmund. Cinco días después, el Bayern venció al Friburgo a domicilio en un gran partido del campeón alemán, que con la victoria se mantiene en lo más alto de la Bundesliga a dos puntos del BVB.

Para evitar sustos como el del martes, Tuchel alineó un once muy ofensivo (4-1-4-1), con Kimmich como único pivote y Gnabry actuando de falso nueve. Entre medias, Mané, Müller, Musiala y Sané permutaban sus posiciones para crear el caos en al defensa del Friburgo. Davies y Cancelo, en los laterales, sumaban en cada ataque dos jugadores más casi en el área rival. Con esa disposición y un inicio arrollador, fue un milagro que el Friburgo sobreviviera a los primeros 45 minutos. Gnabry, Musiala, Sané, Pavard y Mané rozaron el 0-1, pero Flekken, el poste o un defensa en la línea evitaron que los muniqueses se adelantasen en el marcador. Justo antes del descanso, Davies estuvo cerca de provocarle un infarto a Tuchel. En la única jugada de peligro del Friburgo, Doan terminó remantado al palo un centro de Gregoritsch ante la mirada impasible del canadiense, al que solo le faltó ponerle una alfombra al extremo japonés. La cara de Tuchel camino a vestuarios no auguraba un entretiempo tranquilo para Davies.

Latigazo y polémica

Como el fútbol es tan imprevisible, con tanto jugador ofensivo en el Bayern el que acabó abriendo la lata fue un central, De Ligt. El neerlandés se sacó un pepinazo imparable desde 25 metros que se fue abriendo hacia fuera y acabó colándose por la escuadra. Golazo. Un minuto después, llegó la polémica. Ginter se lanzó al suelo y rebañó el balón con la mano a Müller dentro del área, pero el árbitro interpretó que su brazo, sin apoyar, estaba en posición natural al deslizarse. Acostumbrados a los penaltis señalados en España, la decisión de no pitar la pena máxima pareció escandalosa.

Ya con ventaja en el marcador, el Bayern permitió al Friburgo dar un paso adelante. Con espacios para correr, los equipos de Tuchel siempre fueron peligrosos y con balas como Mané, Sané o Davies, las opciones para plantarse en el área rival en pocos segundos son bastante altas. Mientras Sané y Gnabry perdonaban a la contra, Sommer mantenía la portería del Bayern a cero con un par de milagros dignos de Neuer.

Al final, las paradas del portero suizo y el gol de De Ligt fueron suficientes para darle al Bayern tres puntos en un partido en el que tuvo oportunidades para golear. La victoria mantiene a los de Tuchel líderes de la Bundesliga, una posición que le permite llegar a la ida de los cuartos de final de Champions en el Etihad ante el City con la moral alta.

Moukoko rescata al Dortmund

Youssoufa Moukoko acudió al rescate del Borussia Dortmund, afectado por el varapalo encajado en la pasada jornada ante el Bayern Múnich que le apartó del liderato de la Bundesliga y que le reencontró con la victoria cuando pero estaba en el choque ante el Union Berlin.

Sufrió el Dortmund para volver a ganar un duelo espeso que sacó adelante cuando peor lo pasaba y gracias a la fe de Moukoko que tardó seis minutos en marcar. Saltó al campo desde el banquillo en el 76, en lugar de Sebastian Haller, y salvó a su equipo con el tanto de la victoria en el 80′.

En los otros dos partidos el Mainz empató a dos con el Werder Bremen y el Augsburgo se impuso a domicilio al Colonia por 1-3.

El Leipzig se reencontró con el triunfo después de dos derrotas seguidas en el Estadio Olímpico, ante el Hertha, para regresar a la zona de Liga de Campeones de la Bundesliga y poner en peligro el futuro de su rival. Aprovechó el Leipzig el tanto del maliense Amadou Haidara a cinco minutos del descanso. El africano llevó a la red un balón recibido de un córner botado por el húngaro Dominik Szoboszlai.