David Silva: “Yo fui el primero en recibir ofertas del Inter Miami”

El exjugador español repasó momentos importantes de su carrera con la Selección y en el fútbol, así como también las ofertas que tuvo al final de su carrera.

Marc Atkins
Actualizado a

David Silva brindó una entrevista en el podcast de Mario Suárez, El camino de Mario, donde echó la vista atrás en su carrera. El canario, leyenda en el Manchester City y parte importante de la España campeona del Mundo y bicampeona de Europa, habló sobre sus comienzos, sus primeras cesiones, su salida a Inglaterra, su experiencia en la Selección y su regreso a LaLiga con la Real Sociedad.

¿Crees que aquí te conocemos menos?

Si no juegas en España, en Madrid o Barcelona, tienes menos repercusión a nivel mediático. Luego ya a nivel futbolístico, la gente que trabaja día a día es diferente. Pero sí, no es lo mismo en Inglaterra, donde me pasé diez años, en mis mejores años además.

Su infancia en Arguineguín

Nosotros jugamos mucho en la calle, en la playa. Ese fútbol que ahora se echa en falta, un poquito de tener ese control de balón. Jugábamos en todos lados, a todas horas. Hoy se echa un poco en falta ver a los niños jugando en las calles, es un poco más de academias, pierdes un poco la creatividad.

La espina de no jugar en Las Palmas

Me hubiera gustado jugar en Las Palmas, claro. De ahí a que iba a terminar ahí, son cosas diferentes. Salió la Real Sociedad, yo todavía me veía bien para competir a nivel europeo. Al final, fue una buena decisión, porque entramos en Europa y luego también en Champions. Incluso creo que hubiera podido seguir jugando de no ser por la lesión. Pero sí, claro que me hubiera gustado jugar en Las Palmas. Es el equipo de mi tierra. Me quedará eso, de no haber podido jugar ahí.

Casi ficha por el Madrid a los 12 años

Vine al Madrid, estuve una semana de prueba y me dijeron como que la semana siguiente me iban a llamar o algo así. Creo que pasa muchas veces, que eres muy joven y pueden pasar esas cosas. Vi hace poco que le pasó algo parecido a Julián Álvarez. Son cosas que no son fáciles de ver tan jóvenes.

¿Cómo fue dejar la isla con 14 años para irse al Valencia?

Muy complicado. No había las facilidades que hay ahora con el móvil, ahora hay muchos vuelos. Durante los primeros años, yo veía a mis padres solo dos veces al año. Después ellos se fueron a vivir; primero mi madre y luego mi padre al año siguiente. Pero los primeros años fueron duros. Llegué con mi padre y él estuvo unos días conmigo; justo entrenaba y me dijo ‘mira David, en cualquier momento del entrenamiento me tengo que ir porque tengo que coger el avión’. Me pasaba todo el entrenamiento viéndolo y se me salían las lágrimas. Pero bueno, todo sirvió para madurar más rápido y entender que las cosas no iban a ser fáciles. Me fue muy bien gracias al apoyo de mi familia, que luego hicieron el esfuerzo de venirse.

La etapa en el Eibar con Mendilibar

Yo iba a fichar por el Parma justo antes de irme al Eibar, porque Arrigo Sacchi había visto un campeonato nuestro en las inferiores y me quería fichar. Al final no llegaron a un acuerdo con el Valencia, porque ellos me querían comprar. Yo me hubiera ido, porque el año en el filial no fue bueno y yo lo que quería era jugar. Luego con Mendilibar me fue muy bien, me trató muy bien. Me dio un salto de competitividad que en ese entonces no lo tenía. Él aprieta muchísimo. Es una gran persona, todavía tengo muy buen rollo con él y de vez en cuando hablamos. Tenemos muy buena relación.

La temporada en el Celta de Vigo

Otro caso curioso, porque también me iba a ir a otro lado. Como Quique Sánchez Flores iba a Valencia, el Getafe quería jugadores cedidos. Gavilán y yo teníamos que ir al Getafe. A mí me parecía un poco raro ir ahí, porque me obligaban. Yo quería ir al Celta, porque Fernando Vázquez ya me conocía de la temporada pasada en Segunda. Me hicieron ir al Getafe, pero luego no pasé las pruebas médicas. A última hora llamaron al Celta y me fui. Son cosas que pasan en la vida. A lo mejor si hubiera ido al Getafe no me hubiera ido tan bien. En el Celta el entrador confiaba en mí e hicimos un año espectacular.

¿Qué sacas de estas dos cesiones?

Con Mendilibar, la competitividad. Con Fernando Vázquez, aparte del físico, porque le gustaba entrenar mucho el físico, te dejaba jugar. A mí me decía ‘David, tú juega. Mientras estés bien físicamente, vas a jugar’. La confianza que tenía en mí, siendo joven y siendo un jugador cedido.

Su llegada al primer equipo del Valencia

Me acogieron muy bien todos, teníamos buen equipo y ambiente. Los primeros años fueron muy bien, pero luego se fue enrareciendo todo el ambiente con todo lo que vino luego, que llegó Koeman, estuvimos todos en el juicio (de Albelda)… un poco un caos.

El juicio de Albelda

Fue muy raro, porque unos iban de parte del club y otros de parte de Albelda. Nos llamaban para posicionarnos con ellos. Yo tenía veinte años. Era una cosa muy rara, estaba todo el equipo en el Juzgado un día antes de jugar al partido. No llegamos a declarar, pero estábamos todos en una sala al lado. Y menos mal que estaba Joaquín (risas), que estaba siempre haciendo chistes y nos hizo la mañana amena. Fue algo… algo muy curioso.

La situación actual del Valencia

Lleva muchos años coqueteando con el descenso. Da pena, porque es un equipo gran. Seguro que tiene solución, ojalá cambie pronto, pero no es fácil. La afición se merece que el equipo mejore.

David Villa

Aparte de que ha sido de los mejores delanteros del mundo, es un tío muy ambicioso, que quiere competir. Eso lo define, la ambición que tiene. Siempre quería marcar más goles.

El debut con la Selección

Perdimos ese día. Fue un partido contra Rumanía en Cádiz. Encima casi se suspende, porque cayó una tormenta ese día, pero al final se jugó. Tuvimos como cincuenta ocasiones y nos marcamos una, y ellos llegaron una vez y anotaron. Pero bueno, hice un buen partido para ser el debut.

El proceso hasta ganar la primera Eurocopa

Fue muy parecido a lo que me pasó en el Valencia siendo joven. Íbamos a los campos en España, entrenábamos a puerta abierta en el día previo al partido y era todo insultos. Parecía que estabas fuera, que eran los del equipo rival. Había dudas porque pasó todo el tema de Raúl. Yo era joven y a mí tampoco me caía mucho, pero era desagradable escuchar todo lo que decían. Pero al final somos profesionales y hay que estar tranquilos; en ese momento lo estuvimos. Luis (Aragonés) era un tío excepcional, a mí me ayudó muchísimo, confió mucho en mí. Lo recuerdo como un padre futbolístico.

¿Cuál fue la clave para ganar la Euro?

Había buenos jugadores, pero muchos éramos muy jóvenes. Pero había un ambiente espectacular y Luis le dio confianza, no solo a los que jugaban, sino a los que no jugaban. Los que no jugaban se sentían parte también de todo lo que hacíamos. Eso lo consiguió él.

¿Cómo es ganar una Eurocopa?

Nadie esperaba que la ganáramos. Me acuerdo cuando llegamos a cuartos contra Italia que todos creían que nos eliminaban. Nosotros estábamos muy tranquilos. Ese momento recuerdo que era una época dura para España, con la crisis… darle una alegría así a la gente, en verano, todo el mundo agradeciéndotelo… fue una alegría, y al final lo que hacemos nosotros es dar alegrías y disgustos también a veces (risas). A mí me cambió un poco la magnitud. A partir de ahí era difícil salir a la calle.

Pasar de imprescindible en la Euro a suplente en el Mundial

No es fácil. En las clasificatorias lo hice muy bien, marqué muchos goles, y de repente en el primer partido, que tampoco creo que fuera un mal partido, al final fui yo un poco el sacrificado. Es complicado, porque quieres jugar, pero no quieres perjudicar al equipo, porque es un torneo que se juega cada cuatro años. Pero bueno, al final todo salió muy bien y hay que aceptar las coas. A mí me vino bien para no bajar los brazos; yo sabía que si quería ser titular tenía que hacerlo mucho mejor. Yo siempre he querido ser regular año tras año, estar siempre con el cuchillo entre los dientes. Jugar 125 partidos en la Selección, jugando en el City, que no era en ese momento lo que es ahora… hay que mirar el mérito, no es sencillo.

Hay que ser fuerte de cabeza, saber lo que hay. Ganar el Mundial es histórico, pero no te sientes tan partícipe porque no juegas. Pero todo el mundo quiere estar ahí. Son decisiones que no tomas tú. Yo estaba entrenando muy bien, me cuidé mucho para llegar bien, pero pasó lo que pasó. A mí me vino bien para ser mejor.

¿Cuál de los tres títulos fue el mejor?

El primero. Hicimos un juego muy bueno, porque los equipos no se nos encerraban tan atrás; después se encerraban mucho y ganábamos, pero no era tan vistoso. Había un poco menos control y se hacían los partidos más bonitos.

¿La nueva generación es peor o mejor?

Eso solo lo puedes saber si consiguen los títulos. Son una gran Selección, están jugando muy bien. Son muy jóvenes. Combinan un poco el toque y la verticalidad están saliendo jóvenes muy buenos. Ojalá puedan conseguirlo, porque sería una alegría para todos.

¿Cómo llega al Manchester City?

Mancini estaba en el Inter y yo jugué contra ellos. A partir de ahí me quería fichar, desde noviembre me empezó a llamar, me llamaba cada poco, y antes del Mundial decidí irme.

Manuel Llorente dice que es Mourinho el que frena el fichaje por el Madrid…

La verdad que no lo sé, no sé si el interés era real. También estaba el Barcelona que me quería. Yo hablé con Txiki. Pero el Valencia en ese momento no vendía a nadie; luego tuvieron problemas económicos y nos vendieron a Villa y a mí.

¿Te hubiera gustado jugar en el Barça?

A quién no le gustaría… pero la mejor decisión que tomé en mi carrera fue irme al City. Tuve diez años espectaculares allí. La gente me trató increíble, ganamos todo, el equipo iba en crecimiento y luego Inglaterra tiene algo diferente. No sé qué, pero tiene algo diferente en cuanto al fútbol. Es como una religión para ellos. Me costó adaptarme un par de meses, porque entre el Mundial y las vacaciones no tuve tiempo de entrenar. Yo los veía jugar y decía ‘o me pongo bien o estoy muerto’. Hablé con el míster, le dije que no estaba listo y poco a poco fue metiéndome”.

¿Quién fue el jugador que más te sorprendió en el City?

Siempre digo que Carlos Tévez… sobre todo en los partidos que hacían falta, pedía todos los balones, se peleaba con la defensa. Él me impactó. Luego lo veías entrenando y tampoco se esforzaba mucho, pero cuando quería era una bestia.

Trabajar con Guardiola

Yo ya jugaba mucho por banda aunque iba hacia el medio, y él me puso en el medio. Esa posición me vino perfecto. Esos años fueron espectacular. Trabajar con él era otro nivel, porque ya sabía todo lo que iba a hacer el otro equipo, lo tenía todo preparado y en el partido te salían las cosas. Es otro nivel. Lo peor de él es que es muy maniático, no te da mucha libertad. Pero en lo otro es un crack.

Las ofertas tras salir del City

Yo fui el primero en recibir ofertas del Inter Miami. Estuve reunido con Beckham en Manchester, pero le dije que todavía quería competir en Europa. Luego tuve muchas cosas: Japón, Catar… luego prioricé lo personal y me veía muy bien para competir.

La lesión de la rodilla

Fue en un derbi contra el Athletic. Tuve un dolor tremendo, terminé de jugar y a los días, ya en frío, no podía prácticamente caminar. Pero me permitía jugar, porque no tenía el ligamento totalmente roto. Terminé la temporada jugando, pero había momentos que hacía movimientos y la rodilla chocaba hueso con hueso. En algún entrenamiento me quedé tirado en el suelo. Aguanté y nos terminamos metiendo en Champions, fue una temporada buenísima. Luego me pinché un par de veces a ver si eso recuperaba, me fui de vacaciones y en la pretemporada, en un rondo, y se rompió del todo. Me hice las pruebas y ya estaba liquidado. Tomé la decisión de no seguir porque me cogió con 37 años. Renuncié al salario, porque al final solo iba a jugar un mes, era mejor que trajeran a otro que pudiera estar toda la temporada.

Yo ya iba año a año. Si me veía bien, seguía. Tampoco tenía el miedo que tienen otros compañeros a dejarlo. También con los niños era difícil. Que sí, que estamos muy bien pagados, pero priorizas otras cosas, como estar con la familia, de pasar más tiempo. Ya me costaba un poquito.

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