Cristiano ‘obligó’ al Al Nassr a satisfacer sus deudas
El periodista francés, Romain Molina, asegura, a su juicio, que la FIFA ha hecho oídos sordos a las deudas impuestas al club saudí para facilitar la inscripción del portugués.
La novela de uno de los traspasos más trascendentes en la historia del deporte rey llegó a su fin el pasado viernes. Tras su abrupta salida de Manchester, Cristiano Ronaldo dijo adiós a la élite y emprendió una nueva aventura en el fútbol árabe. El portugués firmó por el Al Nassr de Arabia Saudí por dos temporadas y, con un salario de 200 millones de temporada, se convirtió en el futbolista mejor pagado del mundo. Pese a los múltiples rumores acerca del destino del portugués, el club saudí puso una suculenta oferta económica sobre la mesa que el delantero de 37 años no pudo rechazar.
La llegada de Cristiano Ronaldo a Arabia se fraguó una vez finalizado el Mundial de Qatar y, ahora es Romain Molina, periodista freelance cercano al entorno del PSG y al fútbol emiratí, quien asegura, a su juicio -en base a sus informaciones-, que el máximo organismo del fútbol hizo oídos sordos a las propias sanciones impuestas al Al Nassr para facilitar la inscripción del portugués en el club saudí.
“Al-Nassr no pudo registrar nuevos jugadores hasta hoy debido a que la FIFA impuso sanciones debido a múltiples deudas. Como por arte de magia, han pagado repentinamente todas las deudas y, por lo tanto, Ronaldo finalmente puede ser registrado oficialmente”, reveló el periodista francés en sus redes sociales. Esa es una de las posibles interpretaciones según ese “por arte de magia”. La otra, que verdaderamente han satisfecho sus deudas de un plumazo para poder inscribir al portugués.
“Estoy ansioso por experimentar una nueva liga. La visión con la que opera Al Nassr es muy inspiradora y estoy emocionado por unirme a mis compañeros de equipo y ayudar al equipo a lograr más éxitos”, confesó el portugués en su presentación con el club saudí. Así, el reto de Cristiano Ronaldo en Arabia no ha hecho más que comenzar. Y la polémica está ya servida.