Correa renace y el Inter golea

Cuando, en la víspera del Verona-Inter, empezaron a circular los rumores sobre la idea de Simone Inzaghi de salir de inicio con Joaquín Correa en lugar de Lautaro (fuera de combate por fiebre), muchos tifosi empezaron a preocuparse. El argentino vivió la temporada pasada en calidad de cedido en Marsella, jugando 19 partidos sin marcar goles, y en este curso sumaba apenas 38 minutos en total, sin haber anotado tantos ni asistencias.

El entrenador, sin embargo, tuvo razón, como le pasa a menudo en los últimos años. Correa fue uno de los grandes protagonistas de una primera parte inolvidable de los nerazzurri, que anotaron cinco goles antes del descanso contra un Verona demasiado frágil e incapaz de reaccionar. El 0-5 del Bentegodi es un golpe importante sobre la mesa de la Serie A: el Inter marcha líder con dos puntos de ventaja sobre el Nápoles, que mañana recibirá en el Maradona a una Roma que quiere renacer con Ranieri.

Los milaneses, antes de comenzar su fiesta, habían vivido 15 minutos complicados. El Verona parecía haber empezado bien, golpeó el larguero con un latigazo de Tengstedt y, además, poco después los visitantes perdieron por lesión a Acerbi, sustituido por De Vrij.

El Tucu, sin embargo, dejó claro enseguida que iba a ser su tarde. Respondió a Tengstedt con otro remate al larguero con un testarazo y, en el 17′, abrió la lata combinando con Thuram en la frontal y superando a Montipó con una delicada vaselina. El argentino, cinco minutos después, le devolvió el favor con un perfecto pase al hueco al francés, que regateó al meta rival y puso el partido cuesta abajo.

La pesadilla, para los locales, continuó con un gol casi idéntico al anterior, siempre de Thuram pero esta vez a pase de Bastoni en el 25′ y con el 0-4, marcado por De Vrij con un potente disparo tras un centro raso de Asslani. La manita se completó en el 40′, cuando un taconazo de Correa encontró en el área a Bisseck, que se giró y disparó con fuerza.

El público del Bentegodi, obviamente, pitó a sus jugadores en el descanso, pero sus protestas no cambiaron el guion de un partido que prácticamente ya había terminado.

Zanetti cambió a cuatro jugadores entre primera y segunda parte e Inzaghi sustituyó a Barella con Zielinski, quitando después también a Thuram y Bastoni. Los milaneses gestionaron las energías y la enorme ventaja sin despeinarse y Correa estuvo fino hasta el final, rematando a la madera por segunda vez en el 92′ con un gran disparo desde lejos. El Inter, al parecer, tiene un arma más para su delantera.

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