EUROPA LEAGUE | PAPU GÓMEZ

“Con Gasperini está arreglado, no merecíamos terminar así tras lo del Sevilla”

El Papu Gómez (Buenos Aires, 1988) se encuentra sancionado en estos momentos por dopaje. Es leyenda de la Atalanta y analiza la final de Europa League para AS.

Dublín (Irlanda)

El Papu Gómez (Buenos Aires, 1988) se encuentra sancionado en estos momentos por dopaje. Es leyenda de la Atalanta y analiza la final de Europa League para AS. No está siendo una etapa sencilla, pero desde Bérgamo, dónde reside con su familia, explica lo que espera del partido de su exequipo y de los próximos meses, claves para que vuelva a jugar.

¿Qué tal está, Papu?

Todo bien. Viviendo en Bérgamo. Tras firmar por el Monza, lo más fácil era venir a vivir aquí, que está a 40 kilómetros. Conocemos Bérgamo. Estuvimos 7 años y se podía ir conduciendo a Monza. Después de la suspensión, hago una vida tranquila y estoy disfrutando de otras cosas que quizá antes no podía.

¿Está siendo duro? No tener fútbol para un futbolista...

Sí, está claro. Pero me agarra en una etapa de mi vida más maduro. Tengo 36 años, estoy ya más hecho. Hubiera sido más duro si me agarra en otra etapa, con 20 ó 25 años. Hay cosas más importantes. No me puedo quejar: tengo salud, amigos, familia…

¿Cómo está el caso?

Seguimos apelando con los abogados y tratando de que bajen la pena. La sanción fue de dos años y estamos viendo si se puede hacer algo para que se rebaje. Lo vivo con paciencia, esperando a que haya noticias positivas. Ojalá que sea este mes o el que viene cuando haya novedades. A ver si me reducen la pena y puedo volver a jugar. Mientras, estoy dándole mucho al pádel. Hay un grupo de argentinos y juego con ellos torneos: Denis, Cambiasso…

¿Qué tal ve a la Atalanta, su exequipo, de cara a la final de la Europa League?

La ciudad está revolucionada. Es de los años más importantes de la historia del club. Nunca se había llegado tan lejos en una competición europea. El año es maravilloso. Más no pueden pedir. Se nota la mano del entrenador y de la sociedad.

¿Cómo es la DEA?

El club es familiar y con un sentido de pertenencia enorme. Los propietarios son bergamascos. Hace unos años vendieron el 51% a unos americanos. Están muy metidos en el club, presentes todos los días. Compraron el equipo en la B, lo mantuvieron en la A y muy lentamente empezaron un proceso con Gasperini que dio con un cambio de mentalidad más ganador.

Un club con una gran cantera y un trabajo excelente de captación de gente joven.

Sí. Todos los años juegan en Europa, venden jugadores jóvenes y el club está saneado. La Atalanta es una de las mejores canteras de Italia. Además, Gasperini te revaloriza a los chicos y a los canteranos. Eso para el club es extraordinario. No tiene la necesidad de vender. Pone el precio que quiere a sus jugadores. No regala.

¿Cómo llegó usted a Bérgamo?

Después del Catania me vendieron a Ucrania, jugué un año allí y cuando explotó la guerra pude volver a Italia. Tenía al Hellas Verona o a la Atalanta. No era la Atalanta de ahora, ya que peleaba por la permanencia. Pero de los equipos de región era de los más conocidos. Además, tenía a Lionel Scaloni, Germán Denis, Maxi Moralez… Argentinos que yo conocía. Me hablaron muy bien del club.

¿Allí se vio al mejor Papu de su carrera?

Sin duda. Me agarró en una etapa estupenda, de los 26 a los 33 años, que es la mejor época para un jugador. Me encontré con un técnico extraordinario como Gasperini. Me cambió la mentalidad y la manera de ver el juego.

Habla mucho del técnico…

Gasperini tiene la escuela -él siempre lo dice- del Ajax, de Cruyff, de Guardiola… Practica un fútbol muy ofensivo, presionando, con la línea defensiva arriba y tres centrales. Aquello me potenció a mi y a otros jugadores. Lleva 8 años y está haciendo un trabajo extraordinario. Le han dado las llaves del club para que trabaje con tranquilidad. Cada año se reinventa. Venden jugadores, llegan otros, y él siempre les saca jugó eso.

¿Es verdad que han solucionado sus diferencias?

Nos encontramos hace unos días, estuvimos comiendo, después de aquello que me pasó cuando me fui a Sevilla. Lo pasamos muy bien. Fueron horas interesantes. Lo sucedido es agua pasada. Lo solucionamos. Somos dos personas que vivimos cinco años juntos, quizá los mejores de la historia del club, y no merecíamos terminar así. Mejor arreglar los problemas. La vida sigue.

Vaya equipazo tenían ustedes:

Sí, extraordinario. Teníamos mucha facilidad para hacer gol: Ilicic, Zapata, Muriel, Freuler, Gosens, Castagne… Era gente que llegaba mucho al gol. Todos disfrutábamos.

¿Cómo ve la final ante el Leverkusen?

Los alemanes siempre son durísimos. Los 90 minutos están concentrados y corriendo. Pero veo una final equilibrada y en la que cada uno imponga su estilo. La Atalanta no va a cambiar nada. Ojalá la gana la DEA.

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