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Chelsea: de campeón destrozado a gigante derrochador

La plantilla que ganó la Liga de Campeones con Thomas Tuchel ya es casi un recuerdo. João Félix es el último en llegar al décimo de la Premier League, que trata de cubrir con dinero donde, de momento, no le llega el fútbol.

De mayo de 2021 a enero de 2023, la vida ha cambiado mucho en las oficinas de Stamford Bridge. De ver reluciente su segunda Copa de Europa ganada al Manchester City en Lisboa y el inicio de lo que parecía un ciclo ganador a que ni la mitad de las caras sean las mismas. La llegada obligada de Todd Boehly y la nueva propiedad supuso una revolución rápida e impaciente que dejó fuera al alma máter del último triunfo europeo, Thomas Tuchel. También a quien creó la cultura ganadora del club como Marina Granovskaia, mano derecha de la propiedad rusa o Petr Cech, que ganó dentro del verde y supo manejar con talento las tareas de despacho para que sus los éxitos siguieran como cuando cubría la meta.

La llegada de Boehly supuso la de una propiedad mucho más intervencionista y según la prensa británica, cargó y rompió el matrimonio perfecto que formaban con Thomas Tuchel. El divorcio y posterior salida del entrenador fue clave para el desarme de un proyecto campeón, que empezó mucho antes.

Desde la final de Lisboa, muchos pilares han salido del equipo blue. Mendy ya no salva lo que otrora y ahora es Kepa quien se encarga de la meta. Atrás, solo un veteranísimo Thiago Silva mantiene el puesto. Andreas Chistensen, que sustituyó al brasileño en la final, y Antonio Rüdiger, claves antes y tras el campeonato, se marcharon libres a Barcelona y Real Madrid. También quiso hacerlo el capitán, César Azpilicueta, pero la ejecución de una cláusula permitió la renovación automática y le cerró las puertas del Bridge. Kanté y Jorginho pasaron de estrellas a estar en la rampa de salida. En el banquillo, Marcos Alonso u Olivier Giroud son útiles veteranos en Barcelona y Milán. También salieron Zouma, Emerson o las promesas como Gilmour o Hudson-Odoi. Werner y Ziyech, fichados en el mismo mercado como teóricas estrellas, nunca lo fueron. Tampoco Pulisic, fichado como promesa que nunca llegó a cumplirse.

El proyecto del campeón empezó a reformarse bajo los ojos de la nueva propiedad y Boehly tomó el mando en el área de fichajes. Desde ese momento, el Chelsea dio bandazos y empezó a navegar directo hacia una tormenta, donde intenta salir de la misma manera.

Este verano cerró la enésima etapa Lukaku con más prisa que éxito. El jugador forzó para salir al Inter tras apenas un año. Además, dejó ‘escapar’ las ventas de los citados Rudiger, Christensen o Alonso viendo como se iban centenas de millones potenciales. Las compras, dada la clasificación en la Premier y el funcionamiento del equipo, no fueron mejores.

Wesley Fofana fue la gran apuesta por la juventud, pero el central del Leicester se fue hasta los 80 millones, cuando su valor iba por los 40. Su rendimiento apenas pudo ser evaluado, ya que ha disputado solo seis encuentros a causa de una lesión. Marc Cucurella también fue fichado por más del doble de su valor (65 pagados por unos 30 de valor de mercado). Sterling fue fichado de manera más ‘rentable’ (56 M€), pero su rendimiento está dejando que desear con seis goles y tres asistencias en 27 encuentros. Tampoco es el futuro mucho mejor para Koulibaly u otra de las grandes apuestas, Carney Chukwuemeka. El Chelsea entró en la puja y pagó 18 millones de euros por el joven de 18 años que apenas está teniendo incidencia en el equipo de Graham Potter.

El último bandazo fue Aubameyang. Después de quedarse sin Lukaku, la desesperación y la falta de acierto al encontrar un delantero hicieron al Chelsea cerrar al punta gabonés por 12 millones de euros ya llegado el 1 de septiembre de 2022. Todas estas operaciones supusieron un gasto de más de 200 millones de euros y eso que la más grande no llegó a concretarse.

El descontento de Cristiano Ronaldo en el United llevó a Todd Boehly a negociar su incorporación al Chelsea. Solo Thomas Tuchel frenó el fichaje, ya que no veía claro como encajar al astro portugués en su idea para el club londinense.

En invierno, con el club blue en crisis tras ocupar justo la mitad de tabla de la Premier, eliminado de Copa y a la espera de jugar la eliminatoria de Champions League ante el Dortmund, donde parte como teórico favorito, el Chelsea sigue gastando en busca de refuerzos que solucionen su temporada y les devuelva a la pelea por los puestos europeos. Sin dar una baja, el Chelsea ha incorporado a Benoit Badiashile (38 M€) para reforzar el centro de la defensa y dos promesas más: David Datro Fofana desde el Molde (12 M€) y a Andrey Santos, mediocentro de 18 años proveniente desde Vasco da Gama (12,5 M€). Un gasto total al que se sumará el pago por la cesión de João Félix. Sin aún vestir la camiseta de los blues, su llegada ya recibe críticas por parecer un nuevo bandazo para reforzar su ataque.

El portugués llega en un buen momento de forma tras el Mundial y su reincorporación al Atlético, pero queda por ver si es el futbolista que el Chelsea realmente necesita para recuperar el espíritu y la fuerza del conjunto que fue campeón en Lisboa. El que coja el timón y devuelva a Europa a uno de sus campeones.

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