Casemiro para la gloria

Los días de gloria han vuelto al lado rojo de Manchester. El Manchester United es campeón de la Carabao Cup. Seis años llevaban los Red Devils sin tocar plata, y seis meses ha necesitado Erik ten Hag para conformar un equipo campeón. El primer título del técnico neerlandés al frente del cuadro mancuniano ya está aquí. Si Casemiro y Marcus Rashford se habían erigido durante la primera mitad del curso como las dos grandes estrellas del equipo, ¿quiénes iban a ser los encargados de encarrilar la final para el Manchester United? Pues el brasileño y el inglés. El ‘18′ y el ‘10′, a quienes acompañó Lisandro Martínez con otra actuación defensiva magistral, amargaron las aspiraciones Magies de lograr su primer título en casi 70 años. Con el copropietario del club mancuniano Avram Glazer como espectador de lujo en el palco de Wembley, el Manchester United de Erik ten Hag da el primer paso para volver a ser lo que fue: un

El United pasa el rodillo

La hervidera en la que se convirtió Wembley con la salida de ambos equipos al terreno de juego, con la sección del Newcastle especialmente engalanada para la ocasión, dio pie a un arranque de partido frenético. Un ida y vuelta que tuvo como principales protagonistas a los extremos de Manchester United y Newcastle de la banda izquierda. Aunque sin excesivo acierto a la hora de encarar a sus defensores, tanto Red Devils como Magpies buscaron en numerosas ocasiones las vertiginosas conducciones de Antony y Allan Saint-Maximin. El ritmo de partido decayó considerablemente una vez alcanzada la primera media hora de encuentro, especialmente tras la prolongada interrupción que sufrió el partido para atender un choque de cabezas entre Fabian Schär y Lisandro Martínez.

Con ambos jugadores ya recuperados, el Newcastle aprovechó el impasse para volver a la carga. Aunque lo peor que pudieron hacer los Magpies fue despertar a la bestia. Allan Saint-Maximin tuvo en sus botas la mejor ocasión hasta el momento del partido, pero su disparo a bocajarro desde el interior del área lo sacó David De Gea con una mano salvadora. Los de Eddie Howe perdonaron, pero lo terminaron pagando. Y es que al Manchester United le bastaron dos chispazos de sus dos grandes estrellas para encarrilar la final. Primero, Casemiro. Falta botada por Luke Shaw y cabezazo inapelable del brasileño para hacer el 1-0. Una vez ratificada la posición reglamentaria del ‘18′ en el VAR, la grada mancuniana pudo festejar tranquila. Pero es que apenas cinco minutos después, le llegó el turno a Marcus Rashford. La mala fortuna volvió a condenar a Loris Karius, que nada pudo hacer cuando el remate escorado del delantero inglés del Manchester United tocó en la pierna de un defensor y se elevó por encima del guardameta alemán. Wembley era una fiesta de color rojo diablo.

Los últimos cinco minutos de la primera parte aún depararon más emoción. Mientras que los Magpies tuvieron la oportunidad de recortar distancias a través de Dan Burn, pero su cabezazo se marchó ligeramente desviado, Loris Karius evitó que la distancia con la que se marchasen los pupilos de Eddie Howe fuera ya insalvable. Tras una gran jugada desde atrás de los mancunianos, iniciada con un excelso taconazo de Antony, el guardameta alemán del Newcastle voló para despejar a saque de esquina el gran disparo de Wout Weghorst.

Encomendados a Saint-Maximin

Eddie Howe no tenía más remedio que sacar toda la artillería, y dio entrada a Alexander Isak durante el descanso. Cuatro futbolistas para intentar obrar el milagro y la pareja Bruno Guimaraes-Joelinton en la medular para evitar que la derrota terminase derivando en goleada. El Newcastle, encomendado casi en su plenitud al individualismo de Allan Saint-Maximin, llevó el peso ofensivo durante los primeros 15 minutos de la segunda mitad. El ‘10′ de los Magpies tenía el difícil reto de echarse el equipo a las espaldas para intentar acercar a los suyos en el marcador, pero lo asumió. Tal fue el paso al frente de los hoy visitantes en Wembley que los pupilos de Eddie Howe terminaron encerrando a los once futbolistas de Erik ten Hag en su propio campo. El Newcastle pasaba por sus mejores minutos del encuentro, pero Lisandro Martínez se aseguró de que su nombre reflejara también entre los candidatos al MVP del encuentro.

Otra gran mano de Loris Karius malogró el doblete de Marcus Rashford a falta de 15 minutos, y es que el delantero inglés sería el recurso ofensivo de los mancunianos para los últimos compases de encuentro. A los de Erik ten Hag solo les tocaba defenderse y esperar el pitido final. David De Gea en el descuento, quien se convirtió en el arquero con más porterías a cero en la historia del Manchester United y, otra vez, Loris Karius volvieron a intervenir en la prolongación, y el resultado no se movió. Las bufandas mancunianas se alzaban hacia el cielo de Londres para festejar que el Manchester United volvía a ser campeón.