FRANCIA

Caos total en el Lyon

El Lyon, laureado club francés y único en ganar siete ligas consecutivas, es colista de la Ligue 1 y está abocado a una crisis sin remedio.

París (Francia)

Hubo un tiempo, no ancestral, en el que el Olympique de Lyon fue el equipo más temido del fútbol francés. Era tal su superioridad que en Europa se permitía el lujo de mirar a la cara a los mejores clubes del continente, tales como el Real Madrid, que sufrió varias derrotas de calado en el antiguo Gerland. En 2020, hace apenas tres años, alcanzó las semifinales de la Champions, un espejismo de una situación deportiva e interna que ha provocado que no sea utopía pensar que figura entre los potenciales candidatos a descender a la segunda división francesa.

En siete jornadas disputadas, el conjunto del Ródano apenas ha sumado dos puntos de 21 posibles. Es, además, el único equipo de las cinco grandes ligas europeas (seis si atendemos al Coeficiente de esta temporada, en la que Países Bajos le ha superado) que no ha ido por delante en el marcador en ningún partido de la temporada, una estadística que denota el desastre en el que se ha sumergido y la crisis a la que está abocado el Olympique de Lyon.

Antes hay que remontarse al mes de enero, cuando Jean-Michel Aulas anunció oficialmente la venta del club a Eagles Football, fondo de inversión que ostenta John Textor, propietario a su vez del Botafogo brasileño y el Crystal Palace inglés. El norteamericano, un hombre de negocios con mucho peso en los últimos años en Europa, decidió de un plumazo sacar al carismático presidente de las instituciones, lo que generó un revuelo, no solo a nivel organizacional, sino también a nivel deportivo, que iba a tener sus consecuencias el pasado verano.

Aulas, expresidente del Lyon, le había presentado al organismo financiero del fútbol francés, la DNCG, una partida de ingresos y gastos que eran de imposible cumplimiento. En el mismo documento había, por ejemplo, proyecciones de venta de 20 millones de euros por Toko-Ekambi, finalmente traspasado por 1,5 millones de euros en vistas del flojo rendimiento que había mostrado en los últimos seis meses en el Rennes. La DNCG, según L’Équipe, le obligó al OL a reducir su masa salarial y a contener su presupuesto en el mercado de fichajes, lo que provocó la ira de Textor, señalando como principal culpable a Aulas. Se llegó, incluso, a rumorear que las instancias del fútbol francés se habían planteado el descenso administrativo del Lyon, algo que no fue a mayores en vistas de la enjundia de la entidad francesa dentro del fútbol.

La lucha de egos en la que se convirtió el Lyon tuvo sus consecuencias en el mercado. Textor no pudo hacer milagros, tuvo que buscar cesiones y apenas desembolsó 19 millones después de haber ingresado 107 en concepto de ventas. Para más inri, el multimillonario se inventó una triquiñuela que no pasó por los filtros de la DNCG: fichó en calidad de cedido a Nuamah, el mejor jugador de la liga danesa la temporada pasada, pero la inversión la realizó el Molenbeeck, equipo belga que, curiosamente, maneja Eagles Football, el mismo inversor del Lyon. Según L’Équipe, la FIFA va a examinar el caso para esclarecer si existen o no irregularidades en ese método, utilizado por muchos clubes europeos a través de la multipropiedad.

El rendimiento deportivo del Lyon hasta la fecha ha sido caótico. Dos puntos en siete jornadas, jugadores muy por debajo de su nivel y un cambio en el banquillo, Grosso por Laurent Blanc, que vuelven a evidenciar que el problema sigue estando a nivel interno y no en la calidad de la plantilla. El italiano perdió sus dos primeros partidos, el último en Reims 2-0 el pasado domingo, siendo incapaz de encontrar la tecla para revertir una situación que, aunque no es alarmante, puede desembocar en un descenso no deseado. Mejores plantillas han descendido a lo largo de la historia.

Cherki, Tolisso, Lacazette, Nuamah, Caqueret o Dejan Lovren, jugadores destinados a liderar el Lyon, no han dado señales de vida en este comienzo de temporada. El primero, considerado la joya de la corona de su prestigiosa cantera, un talento en bruto que tiene un talento desmesurado en las dos piernas, salió señalado de la derrota en Reims, desconectado durante todo el primer tiempo y más pendiente de realizar regates para la galería que de buscar ventajas en campo rival -el equipo, eso sí, tampoco le ayudó-. Grosso, que ha pedido tiempo, algo que brilla por su ausencia en el club, deberá encontrar soluciones cuanto antes.

El Lyon entra en una fase de turbulencias de las que el salvavidas puede incluso no encontrarse. Colista de la Ligue 1, algo inédito durante este siglo en el fútbol francés, los de Grosso se medirán el domingo al Lorient, un rival ‘directo’ por la zona baja de la clasificación y que podría ser un punto de inflexión justo antes del parón FIFA. Una derrota podría airear todavía más el ambiente en torno al club, que también tiene que lidiar con la cólera de los ultras, decepcionados continuamente con la transición Aulas-Textor. El único equipo que ha sido capaz de ganar siete ligas consecutivas se tambalea ahora mismo en Francia.

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