Bochorno hasta con Mbappé

Un bochorno más, un partido para olvidar, una Italia pletórica, condenó a una Francia que arrancó la Nations League con una dolorosa derrota por 1-3. Los de Deschamps dieron una imagen dantesca, sucumbiendo contra un equipo que fue el único que quiso llevarse la victoria del Parque de los Príncipes y que, por enésima vez, volvió a resucitar cuando la daban todos por muerta.

El partido, eso sí, arrancó pletórico para Francia, que necesitó 12 segundos para abrir la lata y el partido prometía ser un paseo militar para los de Deschamps. Barcola fue a presionar con ahínco a Di Lorenzo, que cuando quiso pasar el balón ya estaba en la red. El extremo del PSG, imparable en este inicio de temporada, batió a Donnarumma con una sangre fría extraordinaria.

De hecho, la dupla de Barcola y Mbappé, ambos juntándose en la izquierda, fue lo poco potable del primer tiempo para una Francia que se conformó con el 1-0. Italia es Italia y, aunque no atraviese su mejor momento, dejarle con vida sigue siendo una decisión poco loable.

Porque los de Spalletti se desquitaron y aprovecharon la desidia de su rival a la hora de presionar. Calafiori tenía la alfombra roja cada vez que sacaba la pelota. La Azzurra avisó a Francia, con un remate al larguero de Frattesi cuyo rechace no aprovechó incomprensiblemente Retegui.

Y el gol no tardó en llegar. Una jugada iniciada, otra vez, por Calafiori acabó en el área rival en cuestión de segundos. Dimarco enganchó una volea espectacular tras un taconazo magnífico de Tonali y Maignan poco pudo hacer ante un remate así. Francia, adormecida, parsimoniosa, había vuelto a ser el equipo rudo y sin ideas que tantas críticas suscitó en la última Eurocopa.

La sorna de Francia evolucionó a pesadilla. Italia salió del túnel de vestuarios dispuesta a asaltar París, mientras que los galos iban andando por el terreno de juego. Frattesi, aprovechando la pasividad de la defensa francesa, remató a placer un centro de Retegui, una pesadilla para un irreconocible Saliba.

Ni la rotura de Calafiori trastocó a la Nazionale, que se erigió como un rodillo y sacó, otra vez, las costuras de una Francia sin ideas y sin réplicas posibles. Raspadori entró en el área de Francia como un emperador y acrecentó todavía más las grietas de Les Bleus. Una victoria meritoria de Italia por 1-3 que refleja lo acaecido en el Parque de los Príncipes durante los 90 minutos.

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