Así sueña Bolonia con Thiago Motta
Los rossoblú viven su mejor momento desde hace 20 años. Un éxito que nace desde el mercado de Sartori y el gran trabajo del italobrasileño, que ya suena para muchos grandes de Europa.
El Bolonia tiene una historia gloriosa, pero sus grandes éxitos terminaron en los años ‘70. En 1974, los rossoblú levantaron su última Copa italiana, la segunda tras siete scudetti (el último en 1964). En 1998, el club italiano se hizo con la extinguida Copa Intertoto, no volvió a disputar competiciones europeas desde 2003 y vivió, en los últimos 20 años, cuatro temporadas en la Serie B.
Hacía mucho tiempo, entonces, que sus tifosi no vivían lo que está pasando con Thiago Motta en el banquillo. Los felsinei marchan cuartos, en plena zona Champions (una competición que nunca disputaron), solo perdieron dos veces en 17 jornadas y presumen de la tercera mejor defensa de esta Serie A con apenas 12 goles en contra. En la Copa italiana, además, eliminaron en San Siro al todopoderoso Inter, campeón de las últimas dos ediciones.
Hay quien habla de milagro, pero detrás de este gran momento hay un crecimiento lento y constante. Joey Saputo, dueño también del CF Montreal de la MLS, tomó las riendas de la entidad en 2015, tras un año compartiéndola con Joe Tacopina. Tras una larga fase navegando siempre entre el puesto 10 y 15 de la Serie A, en 2022 llegó desde la Atalanta Giovanni Sartori como jefe del área deportiva.
Sinisa Mihajlovic ocupaba el banquillo rossoblú desde el final de la temporada 2018-19. Las imágenes de los jugadores visitándole en el hospital durante su enfermedad y dedicándole cada triunfo dieron la vuelta al mundo. El serbio fue destituido en septiembre de 2022, tres meses antes de fallecer, y muchos dicen que detrás del gran momento de estos meses está su espíritu y su fuerza, todavía muy presente en el vestuario. En su lugar la directiva eligió a Thiago Motta, que acababa de vivir una gran temporada en el Spezia, al que salvó con una jornada de antelación. ’El Profe’, como le llama el defensa Lucumí, empezó su escalada de manera gradual. Llegó en la jornada siete y terminó el curso con 54 puntos, récord en la historia del club. Le llegaron llamadas de varios grandes (entre ellos, el Nápoles recién campeón), pero siguió al mando de su proyecto. Y levantó la voz. “Necesitamos calidad, debemos invertir”, afirmó el míster en el pasado verano. Sartori le hizo caso. Vendió sin pensarlo dos veces a un gran Arnautovic, eje de la delantera y decidió apostar todo por Zirkzee. El holandés llegó en 2022 por 8.5 millones procedente del Bayern y, tras una temporada de adaptación, ha explotado. Suma ocho goles y cuatro asistencias en 19 partidos y ha demostrado tener una calidad enorme dentro y fuera del área. Un delantero moderno del que se seguirá hablando mucho (su valor, según Transfermarkt, llegó a los 30 millones y va subiendo), que le permitió al Bolonia gastar para otros papeles.
Sartori, por ejemplo, invirtió los casi 10 millones que le pagó el Inter por Arnautovic en Sam Beukema, nuevo jefe de la defensa, del AZ Alkmaar. Desde el cuadro holandés también llegó el extremo Jesper Karlsson (por 11 millones), y el gasto total en el mercado rozó los 50 ‘kilos’. La revolución (salieron Schouten, Domínguez, Barrow, Medel...) tuvo los efectos que quería el míster. Thiago Motta empezó en el banquillo del Genoa, hablando de un fútbol fluido y de un dibujo, el 2-7-2, que parecía una broma. Ahora todos lo toman muy en serio. El Bolonia llevaba 20 años sin volar tan alto, y es una obra maestra. Además de ser la tercera mejor defensa del Calcio, es el tercer mejor equipo por pases completados (8054) y el tercero por balones jugados (11384).
Su once se dispone con un 4-2-3-1 que quiere el balón, cansa al rival con la posesión, hace daño con la calidad de Ferguson y Zirkzee, las llegadas de Ndoye y un renacido Saelemaekers. El Bolonia sabe tocar y también verticalizar rápidamente cuando puede y, si pierde el balón, busca recuperarlo rápidamente con una fase defensiva alta y agresiva.
Motta dice haber aprendido mucho de Gasperini y tiene entre sus maestros a José Mourinho, con el que vivió el Triplete del Inter en 2010 y con el que comparte una gestión de la comunicación directa, sin morderse la lengua. “¿Hemos parado al Nápoles? No: el Nápoles nos ha parado”, dijo en mayo, tras un 2-2 con los extraordinarios azzurri de Spalletti.El entrenador italobrasileño no le tiene miedo a los grandes y los números le avalan. En este curso empató con Juve (1-1), Nápoles (0-0), Inter (2-2) y ganó con Lazio, Roma y Atalanta, todos rivales directos para los puestos de Europa. Y, mientras Bolonia sueña, los rumores sobre su futuro ya comenzaron: sonaron Milan, Barça, PSG y varios equipos de Premier. Es diciembre y aún le queda mucho camino para completar la obra maestra. Después, le tocará hablarlo.
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