FRANCIA | L'EQUIPE

“Asco y vergüenza”

Dura portada de L’Equipe tras el apedreamiento al autobús del Lyon, con su entrenador, Fabio Grosso, herido, que evidencia el problema francés con los ultras.

París (Francia)

El fútbol francés protagonizó este domingo una imagen deplorable que denota, por enésima vez, que la Liga Francesa está en las antípodas respecto a la seguridad de los jugadores y de los profesionales del deporte. El autobús del Olympique de Lyon fue apedreado en los aledaños del Vélodrome, estadio del Marsella, y el peor parado fue su entrenador, Fabio Grosso, que se llevó un impacto por encima del ojo que le provocó doce puntos de sutura y una herida que pudo acarrearle mayores consecuencias.

El partido, tras una hora de reunión de urgencia en el Vélodrome, se dio por suspendido y será ahora la Comisión de Disciplina la que falle respecto al devenir del mismo. El diario L’Équipe, que abre su edición de este lunes con una foto impactante de Grosso ensangrentado y sin poder abrir el ojo izquierdo, tituló su portada como “asco y vergüenza”, en un episodio más de los muchos que han manchado el fútbol francés durante los últimos años.

El periódico francés, además, añade que hubo cánticos racistas en la zona de los aficionados del Lyon antes de que se anunciara la suspensión del partido. Los ultras, de ideología nazi, (los apodados Bad Gones), realizaron ruidos de mono y también cargaron contra los aficionados marselleses. Antes, también en los aledaños del Vélodrome, los 600 hinchas que se desplazaron a Marsella fueron apedreados, provocando el destrozo de varios autobuses por completo.

El fútbol francés se adentra en un problema irremediable y pretérito al que no ha encontrado un antídoto para que se eviten este tipo de situaciones. Esta temporada, sin ir más lejos, el Montpellier-Clermont se suspendió tras el lanzamiento de un petardo que estalló a escasos centímetros del portero Moris Diaw, que tuvo que ser evacuado en camilla tras haber sufrido un trastorno por el impacto pirotécnico.

A tan solo nueve meses del comienzo de los Juegos Olímpicos, en Francia se preguntan si el país está capacitado para albergar un evento de tal magnitud. En el Mundial de Rugby, no obstante, no se produjo ni un solo incidente durante todo el torneo, pero en el fútbol, por otra parte, este tipo de actos se repiten de forma ininterrumpida cada temporada. La final de la Champions en 2022, que tuvo que retrasarse tras el asalto a muchos aficionados del Liverpool en Saint-Denis, no se ha olvidado tan rápido a un país que pide medidas drásticas contra los radicales.

Pablo Longoria, presidente del Marsella, sufrió hace un mes un episodio que pudo desembocar en una guerra en el sur de Francia. El ovetense recibió amenazas de muerte por parte de distintos ultras radicales del club, provocando la renuncia de Marcelino García Toral y el director deportivo, Javier Ribalta. El exdirigente del Valencia hizo un llamamiento a la cordura y pidió un reforzamiento de las medidas de seguridad, a lo que el ejecutivo de Emmanuel Macron ha hecho, hasta el momento, caso omiso, más pendiente de intentar lanzar mensajes contra jugadores, entre ellos Benzema, por supuestas relaciones con grupos islamistas.

El incidente, lamentable incidente, acaecido este domingo en Lyon no es, desgraciadamente, una novedad en la Ligue 1. Hace dos temporadas, Payet recibió el impacto de una botella en su rostro y el partido entre el Lyon y el Marsella se suspendió, disputándose en una fecha posterior a puerta cerrada. El propio Payet, en un Niza-Marsella, también recibió un golpe provocado por el lanzamiento de una botella, desembocando en una batalla campal con los ultras Nizardos que pudo haber causado lesiones en algún jugador.

Los ultras, en Francia, tienen en su mayoría un fuerte control en los clubes. El presidente del Niza, Jean-Pierre Rivère, salió a compadrear con los radicales después de lo acontecido en ese partido de la temporada 2021/2022. La segunda división francesa tampoco es una excepción. Durante el presente curso, en un Ajaccio-Saint-Étienne, el partido se suspendió durante media hora porque ultras de ‘Les Verts’, entre ellos mismos, se pegaron en el campo del club corso. La LFP debe reaccionar, aplicar mano dura, pero el trasfondo del problema va más allá de aplicar distintas medidas que no derivan, en la mayoría de los casos, en ninguna consecuencia.

Comunicado de Infantino

El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, condenó los incidentes ocurridos antes del partido entre el Marsella y el Lyon a través de un post en Instagram: “No hay absolutamente ningún lugar para la violencia en el fútbol, dentro o fuera del campo. Acontecimientos como los que ocurrieron en Marsella antes del partido de la Ligue 1 entre el Olympique de Marseille y el Olympique Lyonnais no tienen cabida en nuestro deporte ni en nuestra sociedad, y pido a las autoridades competentes que garanticen que se tomen las medidas adecuadas. Sin excepción, en el fútbol, todos los jugadores, entrenadores y aficionados deben estar seguros para disfrutar de nuestro deporte”.

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