Anfield disfruta de su nuevo tridente

Se están acostumbrando los de Klopp a jugar contra sí mismos. Se complican la vida durante los primeros minutos de sus encuentros para luego tener remar a contracorriente. Por fortuna para los de Anfield, esta temporada están siendo capaces de llegar a orilla. Aún con dudas, con su triunfo del domingo se auparon a la segunda plaza.

El West Ham no capitalizó un pobre inicio del Liverpool, y Nayef Aguerd terminó cambiando las tornas. Tras una buena arrancada de Luis Díaz cuando se cumplía el primer cuarto de hora, el central marroquí derribó a Mohamed Salah dentro del área. El egipcio no tuvo problemas en poner por delante a los suyos desde los once metros.

Creció entonces el Liverpool. Ganó en confianza y Salah estuvo muy cerca de volver a marcar. Disparó de primeras, sin percatarse del espacio y el tiempo que tenía por delante, desperdiciando así una buena ocasión en el minuto 38. Poco después resucitó el West Ham. De la nada, tal y como había llegado el tanto local, llegó el visitante. Al borde del descanso, Jarrod Bowen se lanzó a por la pelota en el área rival. Ganó la partida a Virgil van Dijk y batió a Alisson para volver a establecer las tablas en el marcador.

La habitual arenga de Klopp al descanso volvió a dar resultado. Darwin Núñez, muy activo durante el primer tiempo, encontró el premio del gol sobre la hora de juego. Calculó bien el uruguayo, enganchando una volea tras una asistencia de Alexis Mac Allister para volver a poner a los reds por delante. Cuarto gol de la campaña para Núñez, un futbolista clave en las reacciones del Liverpool durante las últimas jornadas.

Salvo un único susto, el West Ham no amenazó con volver a cambiar el signo del partido. El Liverpool mandó hasta el final, cuando Diogo Jota confirmó la séptima victoria consecutiva de los de Klopp entre todas las competiciones. El portugués cerró el partido cazando un balón cabeceado por Van Dijk a la salida de un córner. Sencillo y definitivo.