Andrey Santos se consagra en el Mundial sub-20

Los octavos de final del Mundial sub-20 llegaban a su segundo día, y en La Plata se veían las caras Brasil y Túnez. Una de las máximas favoritas para llevarse el torneo de Argentina, ante una selección que buscaba seguir haciendo historia tras pasar por primera vez la fase de grupos (como una de las mejores terceras). En lo que suponía una cita desigual entre ambas selecciones, ya que el favoritismo total iba para los sudamericanos, las Águilas de Cartago querían exprimir sus opciones ante uno de los gigantes mundiales a nivel futbolístico.

Los primeros instantes del partido dejaron entrever que el estado del terreno de juego está pasando factura en el fútbol que se está viendo en Argentina. No obstante, Túnez quiso sorprender en los primeros instantes volcando el juego hacia un El Djebali que con personalidad dejó alguna conducción e intento de regate que acercara a sus compañeros al área rival. Sin mucho éxito, pero con una Brasil que no parecía del todo cómoda, Túnez tuvo su primer error en la salida de balón y Marcos Leonardo aprovechó para presionar a el portero tunecino Arfaoui, que cometía un penalti sobre el delantero brasileño. El máximo goleador brasileño no perdonaría desde los 11 metros.

A partir del gol en contra, que fue a los 11′, Túnez se fue hacia atrás y trató de defender su portería. La sensación en todo momento por parte de Brasil fue de controlar las cosas, sobre todo con un Andrey Santos que se hizo dueño del juego en campo rival. El centrocampista del Chelsea, junto a Savio, fue el futbolista más propositivo a lo largo de la primera parte. Y gracias a ello, con una llegada, consiguió que Brasil se pusiera con dos goles a favor tras no perdonar en el minuto 31′. Si apretaba un poco más, la canarinha podía golear.

Al borde del descanso, una buena jugada ofensiva de Dhaoui al espacio puso en jaque a los centrales brasileños, que apenas habían sufrido a lo largo de los 45′. Robert agarraba por detrás al atacante de Túnez cuando iba hacia la portería de Kaique Pereira (que no tuvo que hacer paradas) y era expulsado con tarjeta roja. El defensa se marchaba entre pitos del estadio, respondiendo al público señalándose el escudo y haciendo un gesto de cinco (estrellas).

En la segunda parte y con un futbolista más, Túnez se envalentonó para buscar el gol que les diera esperanzas. La selección dirigida por Montasser Louhichi lo intentó de todas las formas, sobre todo volcando el juego hacia una banda derecha en la que el nuevo posicionamiento de Biro fue una debilidad para la verdeamarelha. No obstante, la resistencia de los sudamericanos se hizo notar para que las ideas de los tunecinos se fueran diluyendo poco a poco.

Brasil no tuvo grandes opciones, y se salvó de sufrir más de la cuenta después de que un gol fuera anulado a favor de Túnez por una mano de Aouani tras un control. Las Águilas de Cartago habían dejado uno de los goles del torneo pero tras una revisión por parte del VAR que mandaba al árbitro a ver la jugada de nuevo, los sueños de los africanos se hacían añicos. Ese gol habría supuesto el 2-1.

Pese a que las esperanzas no decrecieron, Brasil respondió al momento, y sin ocasiones a lo largo de los segundos 45′ Matheus Martins ponía el 3-0 que sentenciaba el partido justo cuando el árbitro añadía 12′. Tras el tanto del revulsivo de la canarinha, sería Andrey Santos el que redondearía la goleada en un contragolpe donde dejó su último esfuerzo para llegar al área y mandar la pelota a la escuadra. El centrocampista del Chelsea parece querer emular a Casemiro en 2011 y ser líder de una Brasil que quiere ser campeona.

Túnez marcó un muy merecido gol justo antes de que llegara el pitido final, finalizando un torneo en el que la selección africana ha hecho historia. Brasil, por su parte, ya mira a los cuartos de final para enfrentarse a Israel.