BRASIL

“Al brasileño no le gusta la guerra”

Malcom, estrella absoluta en Rusia pero vetado en competiciones europeas, regresa a Barcelona, la ciudad en la que zozobró en su breve periplo azulgrana, y donde aspira a debutar con Brasil.

Gorka Leiza

Entre satisfecho, conectado y expectante se aprecian las evoluciones de Malcom Filipe Silva en la que un día fue la casa de su eterno rival, la Ciudad Deportiva Dani Jarque del Espanyol, donde esta semana prepara Brasil el doble compromiso ante Guinea Ecuatorial (el sábado en Cornellà) y Senegal (martes próximo, en Lisboa), amistosos enmarcados en una campaña contra el racismo. El extremo ha regresado a Barcelona, donde no acabó de explotar, cuando se encuentra en el mejor momento con diferencia de toda su carrera.

Nada tiene que ver este Malcom, feliz a simple vista, con aquel a quien Ernesto Valverde dosificaba los minutos en la temporada 2018-19, tras ficharlo del Girondins de Burdeos por 40 millones, el mismo importe por el que hace cuatro años se lo llevó el Zenit. “Mi paso por el Barcelona fue muy rápido, aprendí mucho, los jugadores me ayudaron mucho. Dejé el Barça para tener más minutos y poder seguir jugando en la Champions. Ahora tengo otra cabeza, intento ayudar a la selección y también en el club a los más jóvenes”, desgranaba este martes, en la Ciudad Deportiva Dani Jarque, donde añadió: “Yo aproveché las oportunidades que tuve, y no creo que el entrenador fuera injusto”.

“En el Barcelona aproveché mis oportunidades, no creo que el entrenador fuera injusto”

Malcom

En San Petersburgo no sólo enlaza uno tras otro títulos de la Premier rusa, sino que esta temporada ha sido el mejor futbolista del campeonato. “Ha sido un año fantástico para mí”, concede. Con 23 goles, más por ejemplo que su compatriota Vinicius Júnior en el Real Madrid, y nueve asistencias. Pero le falta algo. Dos cosas, para ser exactos.

La primera es abrirse a Europa. Una de las razones por las que eligió el Zenit, en 2019, fue para sentirse protagonista en la Liga de Campeones. Pero el veto de la UEFA a los clubes rusos, vigente las dos últimas campañas, se lo ha impedido. Es por eso, con la sospecha de que no se levantará el castigo mientras dure la invasión en Ucrania, que la salida de Malcom de San Petersburgo va tomando forma. En el entorno de la Seleçao la ven más que factible.

Él, sin embargo lo ve de otra manera: “El presidente (del Zenit) nos transmitió confianza a mí y a mi familia para seguir allí, y también nos dio la opción de irnos. Al brasileño no le gusta la guerra. Es verdad que nos afecta no poder jugar la Champions”, reconoció, aunque solventó: “En Rusia soy feliz, me tratan muy bien y tengo contrato”.

“En Rusia soy feliz, me tratan muy bien y tengo contrato”

Malcom

El segundo ‘debe’ lo solventará el extremo diestro incluso antes que el de su futuro club. Aunque parezca mentira, porque se colgó el oro olímpico después de anotar el gol decisivo en la final de Tokio 2020 ante España, Malcom aún no ha debutado con la selección brasileña absoluta. Pudo hacerlo tras los Juegos, pues Tite le convocó, pero el Zenit le reclamó con el pretexto del riesgo a contagiarse de COVID. “Fue una historia triste, porque hubiera comportado una cuarentena antes de jugar contra el Chelsea en Londres, así que el club optó por que volviera a Rusia”.

El caso es que el seleccionador ya no volvió a llamarle nunca más. Ahora, con Ramon Menezes como interino, se le abre una nueva ventana. “Me siento más preparado que la última vez”, proclamó. Y en Barcelona. Quién se lo iba a decir.

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