A Xabi Alonso le queda una bala para la Champions

Selke, del Colonia, ha levantado este viernes al Leverkusen de Xabi Alonso del sueño de clasificarse para la Champions por la vía Bundesliga. Cuando el técnico español se hizo cargo del banquillo del Bayer, su gran objetivo era sacar al equipo del descenso y tener una temporada lo más cómoda posible. Poco a poco, la buena mano del donostiarra fue haciendo mella en un equipo que ha ido creciendo exponencialmente hasta el punto de que acabar entre los cuatro primeros era un objetivo factible. Difícil, pero factible. Sin embargo, la derrota del Leverkusen en el BayArena ante su vecino del Rin (1-2) le deja prácticamente sin posibilidades de alcanzar al Friburgo o al Union Berlín en las tres jornadas restantes (están a cinco puntos con un partido menos). Aun así, todavía existe un camino para que el equipo de las aspirinas juegue la Champions la temporada que viene: la Europa League, en la que el jueves se enfrenta a la Roma en la ida de las semifinales.

No tardó Selke en silenciar por primera vez el BayArena. Al cuarto de hora, el delantero, con su 1,95 metros de altura, le ganó dos veces la partida a Hincapié, al que primero tumbó como un bolo tras chocar en el área y al que luego cogió la espalda para cabecear a gol un centro de Kainz. El central del Leverkusen pidió falta tímidamente, pero no había nada que rascar.

El Bayer no se vino abajo. Si algo ha demostrado Alonso es que rendirse no está en su libreto de entrenador. Y también que su equipo es capaz de llegar al gol en tres pases. Tras un robo de Adli en campo propio, el delantero tiró una doble pared con Wirtz y este abrió para Diaby en la izquierda, que se adentró en el área y, con temple, espero la llegada del delantero para que culminara de un zurdazo la contra que él mismo había iniciado.

Selke cierra las puertas

La alegría en el BayArena duró poco. Siete minutos concretamente. Lo que tardó Selke en volver a marcar. Esta vez fue Thielmann el que centró desde la izquierda en busca del tanque del Colonia, que remató de primeras. Dos goles de clásico 9 alemán, de esos que siempre se han fabricado en las factorías germanas. Fiabilidad ante todo.

En la segunda parte, el Leverkusen fue a contrarreloj ante un Colonia que hizo todo lo posible para que no hubiera fluidez en el juego. Pérdidas de tiempo, faltas, tanganas... las tropelías clásicas de un derbi. El Bayer, aun así, no perdió la fe e intento ir a por el empate con más empuje que juego, poco reconocible. Probablemente, la cabeza de los jugadores del Bayer estaba ya puesta en el partido del jueves ante la Roma.