Iñigo obliga a revisar protocolos
La nueva lesión de Iñigo Martínez ha obligado a repasar la metodología de la preparación física antes de saltar al terreno de juego.
El nuevo contratiempo muscular de Iñigo Martínez ha dejado un poso de honda preocupación en el seno del club. Y es que el central vasco se volvió a lesionar muscularmente a los pocos minutos de saltar al terreno de juego. Una situación totalmente anómala porque refleja una falta de preparación previa para evitar este tipo de incidentes. Y lo peor es que Iñigo es reincidente: su anterior lesión muscular fue durante el calentamiento previo al partido ante el Atlético de Madrid. En aquella ocasión, el defensa se tuvo que retirar, saltando de la alineación, tras romperse el bíceps femoral de la pierna derecha. Un mes después, regresaba a los terrenos de juego ante el Barbastro y, tras calentar diez minutos por la banda, se volvía a romper en el bíceps femoral, en este caso de la pierna izquierda, tras haber estado poco más de siete minutos sobre el campo.
Evidentemente, los focos se dirigen en este sentido a la preparación física. Que las dos lesiones se hayan producido durante el calentamiento previo o a los pocos minutos de saltar al terreno de juego demuestran una serie de déficits y carencias. En el club están trabajando y valorando todos los condicionantes para intentar encontrar una explicación. En este sentido, en el staff se valora muy positivamente el trabajo de Iván Torres, coordinador de la preparación física del primer equipo, por lo que en ningún caso hay un ensañamiento sobre su rendimiento ni mucho menos conocimientos.
Lo que sí es cierto es que se está buscando algunas modificaciones en la metodología de los calentamientos para evitar que se repitan situaciones similares a las sufridas por Iñigo Martínez. Más incidencia en algunos aspectos en concreto de la preparación y una duración mayor de los estiramientos en la banda podrían ser los primeros pasos que se ejecutarían.
En el caso en concreto de Iñigo, el lunes se confirmó la nueva rotura en los isquiotibiales y un tiempo mínimo de cuatro semanas de baja.
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