Imanol ya sabe qué tiene que cambiar para el segundo asalto contra Osasuna

El primer asalto lo ha perdido. Habrá que pensar ya en el segundo. El doble enfrentamiento entre la Real Sociedad y Osasuna en apenas cinco días empieza cayendo del lado rojillo. El de liga se queda en Pamplona. Así que a los txuri-urdin no les queda otra que empezar a pensar ya en el de Copa. Pero para confiar en que el segundo asalto sea de color azul y blanco, Imanol Alguacil debe ser capaz de enmendar el gran error cometido en Pamplona: las áreas. El oriotarra ya trabaja en Zubieta en ese aspecto, que será su gran obsesión de cara al partido de Copa del jueves.

Porque la Real Sociedad no hizo un mal partido en líneas generales en El Sadar. De hecho, no mereció llegar perdiendo al descanso. Pero el fútbol son goles, y si tu no aprovechas tu ocasiones y Osasuna marca la única que tiene... no hay nada más que hablar. Entre áreas, una vez más, los txuti-urdin fueron mejores: tuvieron más posesión y lograron vivir más tiempo cerca de la portería rojilla que de la suya. Pero, ¿de qué sirve todo eso si a la hora de la verdad cometes fallos que son imperdonables?

Y esa es la penitencia más grande de la Real contra Osasuna. En el área de los rojillos se le nubló la vista, unas veces por fallos en la toma de decisión y otras por falta puntería. Y en su propia área cometió dos fallos que no se puede permitir y que son recurrentes, y Budimir no es de los que hacen ascos a los regalos. Sucic falló en un pase atrás, Zubeldia no tapó bien su portería, Remiro dejó al descubierto su palo... y gol en contra. Era la primera ocasión de Osasuna y se convirtió en el 1-0.Y después un saque de banda en campo de Osasuna acabó en el 2-0. Aguerd va contemplativo a despejar la acción, pierde el duelo y deja solo a Rubén García para que sirva un caramelo precioso a la cabeza de Budimir.

Ante semejante escenario no se puede hacer nada. Y si se repite el jueves, la Real Sociedad está perdida. Osasuna buscará una estrategia muy parecida en el Reale Arena. Porque el problema es que todo esto es recurrente. En 2025 ha perdido la fortaleza defensiva de la última parte de 2024. Le cuesta horrores ganar duelos y eso le da alas al rival con las segundas jugadas. Y en ataque, la esperanza se llama Oskarsson, que parece que ya se ha enchufado. Porque hasta ahora los números cantan por sí solos, en liga han sumado 18 goles y recibido 19, con -1 en el balance. Sólo el colista Valladolid ha marcado menos goles que Real en Primera. Toca aprender la lección para hacer que el jueves en la Copa la historia sea diferente. Imanol lo sabe. La receta parece que está clara. Ahora hay que cocinarla bien hasta el jueves.

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