Granada vivió una fiesta de Primera
El conjunto nazarí celebró sobre el césped, con la entrega de la Copa y después la noche se alargó con autobús descapotable en la Fuente de las Batallas
Granada era una fiesta. El conjunto nazarí logró el retorno a la máxima categoría por la puerta grande. En casa, en un partido que, aunque no fue nada fácil, a partir del 2-0 pudo disfrutar y un público entregado. Una noche larga en la ciudad de la Alhambra que puede presumir de tener a ‘su’ Granada en Primera División...
Nada más pitar el árbitro la alegría se desató en Los Cármenes. Por primera vez el templo nazarí podría celebrar un ascenso a Primera. Muchos jugadores y cuerpo técnico no pudieron contener las lágrimas entre la emoción de una grada que, desde minutos antes, ya cantaba aquelló de “Granada es de Primera” o “Campeones, campeones”. La sorpresa estaba en el palco, donde el vicepresidente de la RFEF Jorge Molina Mata guardaba la Copa de campeón de Segunda. Un título que vuelve a la ciudad nazarí después de 55 años.
El capitán Víctor Díaz fue el encargado de subir al palco y recibir el preciado trofeo. Después, ya sobre el césped lo levantó con sus compañeros ante el respetable. Vuelta de honor entre abrazos, saltos, cánticos y mucha alegría. En la grada, Uzuni era de los más aclamados. También le cantaron a Jorge Molina, arropándole después de, hace casi un año, fallar el penalti que hubiera salvado al Granada. El de Alcoy es uno de los más queridos por la grada, sobre todo, por su compromiso. No pudo evitar el delantero, ahora lesionado de ligamento cruzado, emocionarse y soltar unas lágrimas durante el partido, cuando el conjunto rojiblanco ya tenía un pie y medio en Primera. Él fue el que peor lo paso con ese descenso.
Con el ‘We are the Champions’ de fondo, empezaron los fuegos artificiales, la fiesta del Granada, sin embargo, no había hecho más que empezar. Los familiares ya habían saltado al campo para abrazar a sus héroes. Los hijos de los futbolistas disfrutaban jugando con un balón y los papelillos que se habían lanzado durante la celebración. Porque aún quedaba mucha noche por delante. Los jugadores y cuerpo técnico fueron a celebrarlo en privado, en el vestuario, con un autobús descapotable ya esperando en el párking. En las tripas de Los Cármenes la alegría era desbordante. La directiva, con Alfredo García Amado director general y Sophia Yang, presidenta a la cabeza, el director deportivo, Nico Rodríguez o los trabajadores del club se abrazaban con una sonrisa que va a tardar en desaparecer...
La Fuente de las Batallas
Los jugadores se montaron en el autobús en torno a las una de la madrugada. Pero, en los aledaños del estadio, aún había aficionados esperando la salida de los futbolistas. En el párking, un buen número de fans esperaban a los jugadores para agradecerles esta noche de fiesta. En un autobús descapotable customizado para la ocasión y con la policía escoltándolos, los jugadores salieron hacía la Fuente de las Batallas, lugar habitual de las fiestas rojiblancas. Los aficionados seguían al autobús, los vehículos pitaban a su paso y en los balcones los vecinos se asomaban para saludar. No importaba la hora, el Granada había vuelto.
Miles de personas esperaban en la fuente, ya vallada y con una grúa esperando a los rojiblancos. Le dieron una vuelta a la fuente celebrando con la afición el regreso y los capitanes, Quini, Víctor Díaz, Puertas y Molina, se subieron a la grúa para colocar en lo más alto de la fuente la bandera del Granada. El céntrico monumento se tiñó de rojiblanco. Uzuni fue de los más aclamados, con baño en la fuente incluido. Al albanés se le vio disfrutar mucho. Era su momento. Y el de toda la plantilla que no paró de cantar y bailar. La fiesta se alargó. No era para menos. El retorno del Granada se ha consumado por la puerta grande...