Flick, el resucitador
El alemán, en vías de resucitar una versión óptima de Rashford como ya ha conseguido con Pedri, Raphinha, Ferran, Eric o Koundé, entre otros. Mejora lo que toca.
Como si de alguna manera intuyese lo que vendría en St. James’ Park, Hansi Flick le tiró una flor a Marcus Rashford en la rueda de prensa previa al partido contra el Newcastle. “Lo sigo desde el Manchester United. Siempre pensé que es un jugador fantástico. Y lo que estoy viendo, me gusta”. Rashford recogió el guante y, aprovechando que la ausencia de Lamine le abrió un hueco en el once, soltó un partidazo que resultó muy simbólico. En su país, en un estadio caliente, demostró que a sus 27 años todavía está a tiempo de regresar a la élite cuando ya pocos le esperaban. Delante de Arturo Canales, el agente que empujó para cumplir su voluntad de jugar en el Barça al lado de Pedri y Lamine, marcó sus dos primeros goles de azulgrana. Rashford ya había dado muestras de cierta recuperación en el Aston Villa de Monchi y Emery. Una pequeña plataforma de lanzamiento que Flick pretende consolidar devolviendo al británico a su mejor versión. No es la primera vez que lo consigue.
Hansi Flick consiguió la temporada pasada darle la razón a Deco y extraer petróleo de una plantilla que en los últimos tiempos de Xavi parecía mediocre y muy lejos de la élite. Laporta y el mismo director deportivo deben agradecer al alemán su capacidad para hacer un Barça mejor gracias a la recuperación, piedra a piedra, de casi todos sus jugadores. La temporada pasada sólo le resistió Ansu Fati. Por nombrar alguno de los casos, Flick convirtió a un jugador discutido como Raphinha en un crack (34 goles y 25 asistencias). Rejuveneció a Lewandowski (42 goles), descubrió a Casadó para la élite, fortaleció a Koundé, reformuló a Eric Garcia, que estaba en la plataforma de salida en enero. En la izquierda, hizo volar a Balde y consiguió una versión competitiva de Gerard Martín, sobre el que tantas dudas existían. A Pedri le ayudó, con su filosofía de hacerlo jugar siempre y su posición en el campo, a ser un aspirante a Balón de Oro. Ferran terminó su viaje hacia la posición de nueve (19 goles en menos de 2.000 minutos…). La guinda fue conducir con maestría el segundo año (dicen que el más difícil) de Lamine hasta su explosión definitiva: 18 goles y 25 asistencias.
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Es pronto para confirmar la rehabilitación de Rashford, pero sí puede detectarse en el trabajo del alemán y su cuerpo técnico la obsesión por devolverle la confianza perdida. Sala la vista que el deslumbrante físico de Rashford y sus buenas condiciones técnicas esconden a un jugador que ha pasado una importante crisis de confianza que aún se detecta en alguna de sus definiciones, lejos del talento que se le suponen. Partidos como el de St. James’ Park, sin embargo, pueden ser un trampolín perfecto para un jugador que llenó los tabloides de este viernes por su devastador paso por Newcastle. Para Flick no hay imposibles.
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