Superfestival para campeonar

Ni el Coachella es capaz de mejorar el superfestival de fútbol ofrecido por el Barcelona en Butarque en la gran final de la Supercopa de España frente al Levante. El equipo blaugrana empezó 2024 alzando un trofeo que ya levantó en 2020, 2022 y 2023 gracias al espectáculo y los goles de Graham Hansen (3), Salma Paralluelo (2), Ona Batlle y Aitana. La noruega, tras una gris semifinal, se llevó el MVP de la noche gracias a su increíble show...

De inicio jugaron las 22 futbolistas esperadas: por el Barcelona repitieron las once que golearon al Real Madrid y en el Levante hubo un retoque, el hecho también al descanso frente al Atlético, Silvia Lloris en lugar de Antonia Silva. Paños, baja de última hora por una lesión en el gemelo, fue espectadora de lujo junto al resto de lesionadas del equipo blaugrana (Alexia, Mapi León, Rolfö y Jana). De la plantilla granota también viajaron todas y a buen seguro no se esperaban eso de saltar del asiento a los 30 segundos de final. La presión alta de las de Sánchez Vera provocó que Paredes jugase con Cata Coll y esta, con su habitual frivolidad en el área, perdió el balón frente a Mayra. Engen resolvió el entuerto sobre la línea.

Las “chaladas de la cabeza” estaban dispuestas a dar un susto al campeón y así lo volvió a demostrar la delantera colombiana tras ganar la espalda a la defensa culé y buscar el chut desde fuera del área. Por poco. Con un susto en el cuerpo siempre se entra mejor en calor.

Y así lo hicieron las de Giráldez, que empezaron probando a Holmgren con un chut de Ona Batlle desde la izquierda. Respondió bien la guardameta sueca, que también negó el primer tanto a Salma Paralluelo en el minuto 8 y a Graham Hansen en el 10′, haciéndose grande en su salida. En ese momento la presión alta de las blaugranas se había convertido en asfixiante. Lloris, Mendoza, María Méndez... no encontraban la forma de sacar el balón jugado con posesión. Y sin ella, sufrían frente a la estampida de ñus que avanzaba sin freno hacia su portería. Así que llegó el 1-0: Bronze jugó con Graham Hansen y esta esperó el desmarque de Paralluelo en el área. Gol. Lo celebró Butarque como si fuera el mismísimo Estadi Johan Cruyff e hizo lo mismo el banquillo culé, eufórico ante la posibilidad de empezar 2024 con título. Eso es ambición.

Manita antes del descanso

Le sobra a un Barcelona que parecía haber agotado las latas de Red Bull. No por los nervios, sino por la intensidad. Salma y Batlle volvieron a probar lo buena portera que es Holmgren, que no pudo hacer nada ante el trallazo de Hansen desde el interior del área en el 24′. Rivera Olmedo no lo indicó, pero ahí se acabó la final. Batlle se encargó de certificarlo tras un disparo a la madera de Aitana dos minutos después. Al primer toque. Sin despeinarse. Como parece que hace todo este equipo, que juega tan rápido que si parpadeas, te lo pierdes.

Aitana levantó el asombro del público con una asistencia de tacón a Hansen para el cuarto y Batlle le regaló el quinto a Paralluelo justo antes del descanso. El supercampeón iba a seguir siéndolo con una goleada de escándalo como las de 2022 (7-0 al Atlético) o 2020 (10-1 a la Real Sociedad).

La afición culé hacía sus cábalas en la grada sobre cuántas dianas marcarían las suyas cuando la extremo noruega, tras aparición de la The Best, conseguía su hat-trick. La propia Aitana, a pase de Batlle, hacía el séptimo para cerrar un marcador tan abrumador como fiel reflejo de lo que se vio sobre el terreno de juego de Butarque, con algo más de 7.000 personas en sus gradas. Nadie hace sombra a este Barcelona en España. Supercampeón por cuarta vez en cinco ediciones.

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