Pujadas: “Pensaba que no iba a salir nunca del bucle, pero aquí he vuelto a disfrutar”

Nada borra la sonrisa de Berta Pujadas (Barcelona, 2000) la semana en la que ha sido convocada con la Selección española. Ni siquiera hablar del peor año de su carrera deportiva: las molestias en la rodilla impidieron que superase la decena de partidos disputados con el Valencia la temporada pasada. “Subía al gimnasio y con cualquier persona que se me acercaba, empezaba a llorar”, confiesa en su charla con AS, en la que se muestra feliz por volver a disfrutar del fútbol en el Levante Badalona. Con su nueva camiseta se enfrenta a uno de sus exequipos: el Espanyol. Empezó a jugar al balón por culpa de su hermano, al que esperaba al salir de clases de inglés, se formó en el Veterans de Catalunya, la Fundación Marcet y un Barcelona en el que coincidió con Ona Batlle o Aitana Bonmatí, entre otras, y, como central, lleva años fijándose en una de las referentes del fútbol español: Irene Paredes.

—Lo primero, enhorabuena por su convocatoria, ¿cómo se enteró?

—Teníamos charla, justo estábamos analizando un poco las cosas a mejorar, los errores que cometimos ante el Granada de cara a este fin de semana. Terminamos y nos dijeron que no nos fuéramos. Ahí nos dijeron “Maca y Berta, poneos de pie, que vais a la Selección”. Todo el equipo se puso en pie, a celebrarlo juntas.

—¿Cuál fue la felicitación más especial?

—La de mi familia, saben que no todo es alegría, que también ha habido momentos bastante malos. Entonces ellos se alegran el doble que yo. Me han acompañado en este camino y su felicitación es lo que más especial me ha parecido.

—Ya fue en 2023, ¿qué recuerdo tiene de aquella concentración y su debut?

—Recuerdo un poco de nervios. Era la primera vez y no es lo mismo ir a las categorías inferiores que estar en la Absoluta. Disfruté mucho y estar ahí te permite poder aprender de otras jugadoras con las que no compartes el día a día.

—¿Tiene ganas de estar al lado de futbolistas como las Balones de Oro Alexia o Aitana?

—Sí, es un momento para disfrutar de esta oportunidad y nutrirme de personas que tienen muchísimo talento. En mi día a día comparto vestuario con jugadoras que son magníficas, pero en la Selección estás al lado de las mejores y eso a mí también me puede aportar muchísimas cosas buenas, muchísimo aprendizaje y cosas que me pueden sumar en un futuro.

—No podrá reencontrarse con Aleixandri en la Selección, pero sí con Teresa, Aitana, Ona Batlle...

—Sí, es bonito. Por ejemplo, a Ona y a Aitana las conozco desde que somos muy pequeñitas. Cada una ha tenido su camino y es bonito reencontrarte con gente a la que conoces desde hace tanto tiempo.

—Hablaba antes de momentos difíciles, ¿qué le pasó exactamente en la rodilla?

—Empecé la pretemporada pasada con molestias y unos dolores inespecíficos en la rodilla. Y era algo, la verdad, que un poco extraño, no se me acabó yendo, estaba un tiempo que no lo sentía, pero de repente volví a sentir. Y luego también empecé con dolores en la cara externa de la rodilla. Yo soy una burra y me tomaba como que no pasa nada que tenga dolor, tiro para adelante... Entonces llegó un punto en que pensé no me estoy haciendo ningún bien a mi, tampoco estás haciendo bien al equipo, te sientan y dices estoy haciendo todo este esfuerzo esto... Viví un conjunto de emociones, no me sentía bien, estaba aguantando muchos dolores y al final decidimos hacer la artroscopia. Ahí me hicieron la limpieza en el menisco y ya empiezo otra vez mi proceso de recuperación.

—Y otra vez vuelve el dolor...

—Eso, en ese proceso de recuperación, volví a salir a campo y otra vez me apareció el dolor inespecífico, con lo que se alargó otra vez, más, el tiempo de recuperación. Luego cuando estaba bien, jugué en un amistoso y dolor... Completé una semana con el grupo y fui a un partido convocada, me apareció otra vez dolor en la zona del menisco y tuve una parameniscitis. O sea, encadené una cosa con otra... Pensaba que no iba a salir nunca de ese bucle. A raíz de eso no terminé el año sin estar a cero dolor, pero sí que es verdad que dije “para lo que queda, prefiero entrenar y jugar si cuentan conmigo”. Y ya luego tendré el verano para darle mimos a la rodilla, para darle tiempo de no impacto y entonces pues a raíz de ahí me empezó a mejorar un poco.

—¿Buscó ayuda fuera?

—La verdad que tuve la suerte de que fuera del fútbol era capaz de desconectar. El problema era cuando entraba en la Ciudad Deportiva, subía al gimnasio y con cualquier persona que se me acercaba, ya empezaba a llorar. Pero luego estaba en mi casa y estaba bien. Era entrar allí y otra vez, todo gris. Y sí que había veces que incluso lo gris que tenía allí me lo llevaba a casa. Eran momentos puntuales. Pero sí que es verdad que el ir allí me costaba mucho y yo estaba muy mal.

—Mentalmente, ¿cómo llevó ese bucle?

—Fue muy mal. Había días, no días, durante un tramo me preguntaba si realmente merecía la pena y si esto era para mí. El año pasado me planteé todo tipo de opciones porque lo pasé muy mal a nivel mental. Fue un año muy muy duro. Una de las cosas que le dije a Ferran (Cabello, el entrenador) antes de venir aquí fue que mi objetivo era disfrutar del fútbol, no tenía otro objetivo. Una vez disfrute me podía poner todos los objetivos que fueran, pero el primero era disfrutar otra vez. Es muy duro, es algo a lo que te dedicas día a día y te da todo o te quita todo. Entonces el año pasado tuve muchas dudas existenciales.

—¿Y ha vuelto a disfrutar del fútbol entonces?

—Sí, independientemente de que, por ejemplo, en pretemporada tuve algunos dolores. Bien es cierto que viví un cambio de superficie también, porque en el Valencia entrenábamos en césped natural y aquí en artificial. Entonces, el mes de agosto no lo recuerdo como mi mejor mes, pero a la que se me fue adaptando la rodilla al impacto y a la superficie pues pues fue como sí, está bien, tira, funciona y está dejando de doler.

—¿Cómo valora el arranque liguero? Han sido equipo revelación...

—Sí, al final somos un equipo muy nuevo y creo que todas un poco teníamos un poco de incertidumbre con cómo iría. No es lo mismo un equipo que tiene una base y va incorporando fichajes que un equipo completamente nuevo. Un mes para conocerte perfectamente es poco, es muy complicado. Trabajamos mucho para lograrlo en la pretemporada y eso se vio reflejado en el inicio de Liga F.

—Y usted está siendo una fija, ¿cómo se siente?

—Para mí ha sido un gran cambio. Quería volver a sentirme futbolista y bien conmigo misma. Desde que llegué me han puesto facilidades para todo, tanto a nivel físico, a nivel mental... Y en ese aspecto estoy contenta, estar aquí me ha hecho volver a disfrutar.

—Llegó a Primera con el Espanyol, su rival esta jornada. ¿Es especial?

—Sí, en el Barça me formé y llegué a un punto en el que necesitaba dar un paso más y en ese momento era muy difícil hacerlo ahí por el nivel que había. En el Espanyol di el salto a nivel competitivo: con 17 años estaba jugando en Primera contra gente que igual me sacaba 10 años. Ahí adquirí una formación más competitiva. Los años en el Espanyol los guardo con mucho cariño porque también tuve la suerte de compartir vestuario con gente con la que a día de hoy sigo manteniendo contacto y relación.

—Se alegraría entonces del regreso perico a Primera...

—Claro, a mí me dio mucha pena el año que descendieron. Tenía conocidas a allí y había estado jugando en el club. Me alegré mucho de su ascenso, siempre ha sido un club que ha estado ahí en el fútbol femenino.

—¿Hay rivalidad de derbi?

—Rivalidad hay en todos los partidos, si no das el 100%, cualquier equipo te puede dar problemas. Igual yo al venir del Valencia no siento tanto esa rivalidad ahora mismo, pero sí que compañeras que pueden llevar más tiempo pues sí la tienen más. Porque, por ejemplo, el Levante cuando ascendió a Primera jugó el playoff contra el Espanyol. Lo recuerdo porque estuve viéndolo... Pero para mí sí es un partido bonito.

—¿Las ha seguido esta temporada con Sara Monforte en el banquillo?

—Sí, es que durante mi fin de semana intento ver todos los partidos que puedo. Me gusta bastante hacerlo. Las vi contra Deportivo y Granada, tienen un buen bloque y nos pueden dar problemas si no estamos concentradas y no hacemos el partido que tenemos que hacer.

—¿Cómo empezó a jugar al fútbol?

—Pues yo daba inglés como actividad extraescolar y había días que mi hermano iba a entrenar al fútbol. entonces muchas veces al salir de inglés iba con mi abuela a recoger a mi hermano. En el transcurso de tiempo en el que estás esperando, pues me ponía a jugar... Y un día que me dijeron en el equipo, el Veterans de Catalunya, “¿no quieres jugar tú también?”. Y dije “vale”. No sé cuánto tiempo estuve allí y después, a los 8 o 9 años, me fui al Tecnofútbol, de la Fundación Marcet. Allí estuve tres años y aprendí muchísimo. Es como el mejor de los mejores recuerdos que tengo porque al final jugaba con chicos y disfrutaba muchísimo. Después ya fiché por el Barça.

—El Barça fue su primer equipo femenino entonces...

—Sí... Y al principio no quería porque estaba estaba superbién, me cuidaban muchísimo todos los compañeros, toda la gente del club y me encantaba jugar con ellos... Entonces cuando se me presentó la oportunidad pensaba en que no me quería ir, porque me encantaba jugar con ellos. A esa edad, al final yo tampoco era muy consciente de la oportunidad que era y mis padres me ayudaron un poco a pensármelo bien. Entonces tampoco era como ahora, al final tomé la decisión de ir al Barça y obviamente no me arrepentí. Evidentemente iba a aprender y crecer, era irrechazable.

—¿Es en esa etapa cuando se da cuenta de que puede dedicarse al fútbol de forma profesional?

—Pues creo que nunca he llegado a pensar me voy a dedicar al fútbol 100%. Incluso ahora tampoco lo pienso... Me refiero a que lo tengo tan normalizado, que es mi día a día, lo que me gusta, que nunca lo he visto como que me voy a dedicar a ello. Pero sí que es verdad que cuando di el salto a Primera División noté el cambio. Ahí fui un poco consciente del esfuerzo que implicaba y de todo lo que tenía que trabajar si quería llegar a algún lado.

—¿En quién se ha fijado o se fija como central?

—Todo el fútbol que veo ahora, de pequeña no lo hacía la verdad... Pero en los últimos años en la futbolista que me he fijado es en Irene Peredes. Es una jugadoraza.

—Hay Eurocopa el próximo verano, ¿cómo se ve en un año?

—Si te soy sincera, una cosa buena que me ha enseñado la lesión es limitarme al día a día porque de repente estás superarriba y llega un día que estás abajo. No pienso ni en la próxima semana, no sabes lo que te puede pasar. No vivo con miedo, pero trabajo en el día a día, que es lo que cuenta. Me cuesta mucho mirarme en un año vista porque no sé lo que puede pasar. El trabajo diario es lo que más valor va a tener.

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