Luces y sombras de Bella Andersson

Luces y sombras. La actuación de Bella Andersson (Estocolmo, Suecia, 2006) en su debut con la camiseta del Real Madrid el domingo ante el Tenerife, en un partido en el que las blancas no pasaron del empate a cero, dejó sensaciones contrarias. Fuera de posición o poco contundente en ciertas jugadas, estuvo bien en la salida de balón y tiene condiciones para seguir creciendo.

“Al fin debutando con este gran club”, escribió la jovencísima central en sus redes sociales después de estrenarse como futbolista del equipo blanco en el Heliodoro Rodríguez López frente a más de 6.000 personas.

Formada en el Hammarby, Andersson tuvo que esperar hasta la jornada 5 de la Liga F Moeve para vestir por primera vez la camiseta del Madrid en un partido oficial. Hasta ese momento, la pareja formada por Lakrar y Méndez había sido inamovible para Pau Quesada de inicio.

Sin embargo, la baja de la defensa francesa tras marcharse tocada ante el Deportivo la jornada anterior supuso la gran oportunidad de la sueca, que en aquel choque vio a la canterana Silvia Cristóbal entrar al césped para cubrir la lesión de Lakrar antes que ella.

Sin embargo, Andersson perseveró y trabajó duro durante toda la semana para poder acompañar a Méndez en el centro de la zaga. Antonia Silva, que jugó de lateral, era la otra opción junto a la mencionada Cristóbal, que entró en la segunda parte.

Zurda y con más de 1,80 de altura, Andersson arrancó el choque con algunas dudas propias de las circunstancias: perdió la marca en un par de saques de esquina, se quedaba algo descolgada de la línea de fuera de juego y no fue lo suficientemente contundente en sus despejes de la primera mitad. En cambio, mejoró en la segunda. Encendió las luces para espantar las sombras.

Salvo en una ocasión que Carlota Suárez se zafó de ella para golpear buscando el palo contrario, la sueca estuvo más intensa y tajante, además de seguir aportando en la salida de balón.

Según Sofascore, perdió 15 veces la posesión, pero también presentó un 87% de precisión en el pase (80/92), interceptó tres balones y acertó en tres de sus cinco envíos en largo. Su actitud también acompañó, igual que lo hacen sus apenas 19 años, que piden aprendizaje y paciencia.

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