Otro ‘Clasicazo’ de Graham Hansen

Parece un topicazo, pero es la realidad. El Barcelona y su estrella Graham Hansen son imparables. El equipo blaugrana tumbó al Real Madrid por decimocuarta vez en la historia con la extremo noruega provocando las pesadillas de Olga por su banda. La sentó para asistir a Aitana en el segundo y para anotar el tercero en la segunda parte. En la primera, Rolfö había abierto el marcador a pase de Batlle. Conexión lateral y letal. Graham, como en Montjuïc, devoró a las merengues. Un Clasicazo.

De inicio hubo algún retoque en los onces de gala. Toril, con Kenti en el lateral derecho por la baja de Oihane, colocaba a Zornoza junto a Toletti y Teresa y sacrificaba a Moller en la línea de ataque. Por su parte, Giráldez, daba su segunda titularidad desde su regreso a Rolfö y desplazaba a Ona Batlle a su banda natural. La catalana, no obstante, tiene suficiente fútbol como para jugar en cualquier lugar del campo. Pina, siempre motivada ante su eterno rival, cogía el lugar de Mariona arriba, con Graham y Paralluelo como tridente de ataque culé. No tardaron las blaugranas en enjaular al Real Madrid, con Engen y Paredes por delante del círculo central del campo contrario. Misa se desgañitaba dando indicaciones a las suyas, que se movían a un lado y a otro persiguiendo el balón. Todo hacía indicar que este enfrentamiento tampoco iba a ser diferente a los 13 anteriores.

Y así lo constató el Barcelona a los diez minutos. Cata Coll sacó de portería tras un ataque blanco poco prometedor, Batlle combinó con Graham, que le metió un pase en profundidad espectacular para que la lateral, mujer-bala a la que Linda no pudo alcanzar, pusiera un centro tan edulcorado que Rolfö, ante la pasividad de Rocío y la que fuera su par, solo tuvo que empujarlo a la red. La afición culé se destapó en un emocionante salto. Eran muchos y volvieron a levantarse del asiento en el 16′ con un envío de su jugadora número 10 que Pina, en el segundo palo, remató fuera por centímetros. Precisamente la menuda delantera blaugrana fue protagonista de una protestada jugada por la grada madridista en la que Athenea cayó en un forcejeo con ella en el medio campo. La cántabra, con reclamos y gesto desesperado, se llevó la amarilla y eso encendió a su afición, todavía más animada con una cabalgada de Linda Caicedo por la izquierda con la que avisó y otro centro de Olga que acabó en susto a las culés. No en muerte. El despeje de Paredes se estampó en la madera a los 25 minutos.

Todas se divertían en el Di Stéfano. Porque el Real Madrid disfrutaba uno de sus mejores minutos de fútbol ante el Barcelona en la todavía corta historia de estos Clásicos en versión femenina. Toletti y Teresa combinaban, Kenti subía... Pero faltaba atrevimiento. El que le sobra a una Graham que recibió en frontal, caracoleó y chutó al palo contrario en una jugada marca de la casa que no acabó en el 0-2 por muy poco. Aitana, sola en el balcón del área en la siguiente jugada, probó las manos de Misa en un chutazo violento, pero centrado. La guardameta tuvo que hacerse grande en el 39′ ante la actual Balón de Oro, eso sí, tras una mala entrega suya a los pies de la 14 blaugrana. Al minuto, Salma Paralluelo mandaba un zurdazo venenoso al larguero. No hay mejor forma de recuperar el protagonismo en un partido que con tres ocasiones claras. Al descanso el 0-1 sabía bien al cuadro local y a poco al visitante.

Nadie para a Graham Hansen

Como le gustó el sabor, el Real Madrid salió a morder en la segunda mitad, con Athenea llegando a línea de fondo y dando un pase de la muerte al que le faltó dirección. La gasolina de la extremo cántabra y de Linda, sin embargo, duró poco más mientras que el depósito de Graham Hansen seguía a rebosar. Walsh la oteó en el horizonte en el minuto 55′ y la noruega sentó a Olga con un gesto que le sirvió de control y regate, anduvo sobre la línea con la cabeza alta, le puso un lazo al esférico y se lo entregó a Aitana al filo del área pequeña. Cada jornada se le pone la cara un poquito más dorada. Como un balón de oro.

Tuvo un par de ocasiones más una Graham Hansen que es pura bebida energética en lata. Un no parar que la llevó a volver a bailar ante Olga y clavar el 0-3. La peor pesadilla es poca cosa ante lo que sufre la lateral sevillana frente a la 10 del Barcelona. El Clásico en versión femenina es suyo. Aunque también de una Alexia que volvió a verse las caras con el equipo blanco 669 días después. Con ella combinó Graham en la recta final para acariciar el cuarto. También lo tuvieron Brugts o Vicky, en dos ocasiones, pero no hubo más tantos que celebrar en un Di Stéfano con 4.952 personas acostumbradas a ver ganar a un Barcelona que deja el título visto para sentencia. Eso también viene siendo un clasicazo en la Liga femenina.

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