COPA DE LA REINA

Castañón: “Con los medios de ahora plantaríamos cara al Barça”

Se cumplen 40 años de la primera Copa de la Reina de la historia. Una de las líderes de aquel Karbo que marcó una época fue Inma Castañón que habla con AS

Hace 40 años la mujer no era tan bienvenida en el fútbol. Pero un grupo de valientes estaban dispuestas a demostrar que ellas también podría dar espectáculo con un balón en los pies. Una de esas valientes es Inma Castañón (Cudillero, 1959). Le llamaba Maradona y lideró al Karbo que hace 40 años, en 1983, ganó la primera Copa de la Reina oficial. Antes ya habían levantado la primera, en 1981, oficiosa. Al otro lado del teléfono, Inma atiende a AS para recordar cómo fue aquella final y el fútbol en una época en la que eran pocos los que apostaron y dieron oportunidades a las mujeres en el fútbol. Abrieron camino a la generación que ahora disfruta de la profesionalidad y repercusión que merecen. Inma tuvo suerte. Encontró en el Karbo su casa y la oportunidad de trabajar y disfrutar de su pasión. La asturiana sigue viviendo en su A Coruña adoptiva y trabajando en su casa, el Karbo.

-Se cumplen 40 años de la primera Copa de la Reina y usted la ganó con el Karbo, ¿qué recuerda de aquel título?

Fue a finales de mayo. No me acordaba hasta que hablé contigo. Parece que pasaron muchos años, que los pasaron, pero lo piensas y dices ‘uf qué mayor’. Entonces no existía una liga nacional, pero se jugaba por Comunidades y cada campeón iba. Fue en Madrid con cuatro equipos. La peña Barcelonista, que ahora es el Barcelona, el Porvenir de Castilla, uno de Andalucía que era la Llave y nosotros de Galicia. Nos tocó contra la Peña y nos costó mucho, al final ganamos en los penaltis. La final fue contra el Porvenir de Castilla. Nos salieron las cosas mejor en la final y fuimos campeonas. Para nosotros fue especial también la del 81, que fue oficioso no oficial, pero tuvo mucho significado.

-Han pasado 40 años y cómo ha cambiado el fútbol femenino...

Muchísimo. Antes éramos aficionadas que nos reuníamos para jugar el partido. En nuestro equipo algunas venía de Vigo, yo venía de Asturias y el resto de A Coruña. No nos juntábamos para entrenar, con eso te lo digo todo. Ahora es una maravilla.

-¿Tuvo algún problema por ser una mujer jugando al fútbol? En aquella época no era como ahora...

Me da rabia decirlo, pero yo como futbolista y deportista nunca sentí un rechazo. Pero sí tengo que reconocer que cuando jugábamos se sentía a la gente que ‘si mejor estabais en casa’, que ‘es un deporte para hombres’… a mi directamente nunca me lo dijeron. Costó mucho que se reconociese el fútbol femenino, pero lo pude disfrutar sin sentir rechazo. A mi nunca me dijeron nada, igual lo pensaban, pero no me lo dijeron. Con el Karbo, cuando iban a vernos jugar por primera vez los aficionados, iban con una idea y salían con otra . Como diciendo ‘pues sí saben jugar al fútbol’. Pero cuando jugábamos en los pueblos sí se oían comentarios. Yo en eso tuve mucha suerte.

-Viene de un pueblo de Asturias, Cudillero. ¿Sus padres y familiares le apoyaron para que jugase al fútbol?

-Fui una especie rara porque mis padres me apoyaron siempre. Jugaba con mis hermanos en Asturias. Nunca tuve problemas, los niños me venían a buscar para jugar al fútbol. Vine a jugar a A Coruña siendo menor de edad. Tenía que acompañarme uno de mis hermanos porque sino no me dejaban ir. Tuve mucha suerte, pero sí tuve compañeras que no les dejaban jugar.

-¿Cómo una chica de Cudillero en aquella época acaba en el Karbo?

Jugamos un partido en Ribadeo, en la frontera con Galicia y fue contra el Karbo. Entonces estaba en un equipo de Gijón. Ganamos y a partir de ahí fue cuando en el entrenador y la directora me lo propusieron. Al ser menor tuvieron que preguntar a mis padres, que dijeron que sí siempre que me acompañase uno de mis hermanos. Entonces tenía como 15 años. Sólo para jugar partido importantes, no para jugar toda la liga. Si íbamos a Portugal o torneos internacionales a Francia sí me dejaban. Vi que en Asturias el femenino no tenía auge y el Karbo sí. En Asturias hubo liga, pero los clubes no aguantaban. En Galicia sí la hubo y el colegio me propuso venir a trabajar y jugar a fútbol. Fue me mudé definitivamente. Primero como entrenadora de niños y después como profesora.

-¿Sigue allí?

Sí, sigo en A Coruña y sigo en el mismo colegio. Continúo en el Karbo pero sin equipo de fútbol.

-Después el Karbo fue absorbido por el Deportivo, ¿no?

Fue una pena, quizá hubiera durado más si no lo absorbe, pero el colegio no podía asumir tantos cargos. Hubo envidias con las propias categorías masculinas… bueno, fue una pena.

-Aquel Karbo marcó una época en el fútbol femenino español...

Comparando las épocas, creo que si hubiéramos tenido lo que tienen ahora le podríamos plantar cara al Barcelona, que ahora está marcando otra época. Nosotros teníamos un entrenador que era profesor del colegio. Él movía todo, no tenía título de entrenador ni preparador físico. Vivía por el fútbol. Él reunió un grupo de jugadoras y logró formar ese equipo. Sobre todo, la ilusión que el entrenador, José Mañanas, tenía por el equipo. Conseguía subvenciones y dinero para los viajes y nos decía dónde nos colocábamos, después nosotras jugábamos. Técnica y tácticamente no nos pudo aportar, nos aportó ilusión y entrega, que es mucho más importante que todo lo demás, pero no teníamos preparador físico, médico… ni material ni campo. Material me refiero a botas, los balones los compraba él. Sin José Mañanas y otros que apostaron por esto no hubiera existido el Karbo.

En los 80, durante un partido

-Esos pioneros.

Además de José Mañanas hubo gente en Madrid que ayudó y trabajó por el fútbol femenino: María Teresa Andreu, que fue la primera presidenta que fue jugadora antes. Estuvo dentro de la Federación. O Rafael Muga, que hizo muchísimo. El colegio Karbo con Mañanas y la directora doña Carmen. Si no es por esa gente el fútbol femenino no sería lo que es.

-En aquel entonces, la mujer pintaba poco en el fútbol femenino...

Lo sentíamos así. Uno de los problemas por los que Karbo se deshizo es porque nosotras jugamos en Riazor y llenábamos la tribuna. Llevábamos más gente que el Fabril, y eso fue un inconveniente. Hubo celos y envidias y por ahí se rompió todo. Después de la desaparición el fútbol femenino tardó mucho en volver a Galicia

-Además del Karbo, ¿dónde estuvo?

Estuve en cuatro equipos antes de Asturias y parecía que era la mano negra, porque equipo al que iba desaparecía. Y en el Karbo… que después también desapareció. Para seguir en la Selección tenía que estar inscrita en un club. En los últimos años estuve en Oviedo.

-¿Cobró alguna vez por jugar al fútbol?

No, nunca, siempre amateur. Tengo que agradecer al colegio que pagaba el viaje y la estancia a mi hermana y a mi. El fútbol no me costó dinero, al contrario mucho reconocimiento.

¿Tuvo ofertas para poder vivir del fútbol?

Sí, tuve dos, a Portugal y Francia. No me quise ir. Lo de Francia fue más light, pero en Portugal era empleo sueldo y un dinero para el club. Dije que no porque quería estar cerca de la familia.

¿Tiene la espinita clavada de no haber probado?

Si es hoy en día y me hacen una oferta para vivir del fútbol diría que sí. Pero no me podía dedicar en su momento a eso, porque en Portugal tenía que seguir trabajando.

-Usted, además, fue la primera capitana de la Selección española en el primer partido oficial, ¿qué se siente al jugar con España?

Empecé a jugar con la Selección con 24. Antes no existía. Imagínate que con nueve años ya jugaba en la liga en Asturias. Y la Selección empezó en el 1983 en partido oficial. Se jugó en Tui, un España-Portugal. El honor fue jugar con España, sentir el himno... No sé explicar lo que sentí, es algo especial. Y encima ejercí de capitana. Era algo que deseaba, jugar con la Selección. Los sentimientos son diferentes. Con el club ganar títulos y ser considerada buena jugadora… pero a nivel selección fue indescriptible. Estuve hasta que me retiré a los 30.

El honor fue jugar con España, sentir el himno... No sé explicar lo que sentí, es algo especial. Y encima ejercí de capitana.

Inma Castañón

-Una lesión le dejó sin poder seguir jugando.

El Deportivo se portó extraordinariamente, me operé por lo privado, pero no hice una buena rehabilitación. Me dijeron que hiciera una cosas que acabó con mi muslo sin musculatura. No terminé de recuperar bien del todo. Hoy en día eso no hubiera pasado. Me operó el médico del Depor, el doctor Barbeito. Tenía el menisco roto por tres sitios. Estuve con una escayola toda la pierna no sé cuántos días, y después vendada… viendo ahora cómo son las operaciones de menisco, que son una maravilla... Me sacaron el menisco que me dijeron que si lo quería de recuerdo y una cicatriz de tres dedos

-¿Y no lo guardó?

Si, lo tengo por ahí.

¿Cómo era jugar con la Selección?

Estábamos muy atrasadas respecto a Europa. Fuimos a Portugal y les vimos entrenar. Quedamos asustadas. En cambio, ahora España es un potencia del fútbol femenino. Antes éramos inferiores. Hicimos todo lo que pudimos. Lo más importante era la ilusión con la que íbamos. Nos reuníamos, teníamos concentraciones… nuestro seleccionador fue Teodoro Nieto. Venía del fútbol sala y no conocía mucho el fútbol femenino. No sabía que era muy aficionado. Al principio, nos metía unas palizas impresionantes. La mayor parte teníamos una agujetas increíbles. Hasta que se dio cuenta y fue aminorando los entrenamientos. El fútbol era mi pasión. En Asturias tuve que hacer piragüismo porque no había fútbol. Siempre me gustó entrenar, entrenaba por mi cuenta. Cuando teníamos una concentración o partido internacional me preparaba.

¿Cómo era ccmo jugadora?

No me gusta nada hablar de mi. Jugaba de interior izquierda, tenía velocidad, regate y visión de juego.

Le llamaban ‘Maradona’, ¿le gusta la comparación?

Que me compararán con Maradona era un halago. A nivel deportivo sí, fue el mejor de su época. Como jugador fue una maravilla, de los mejores. Por mi juego, en la misma época, pues me comparaban con él. Con la diferencia de hombre y mujer, pero nada, más.

¿Cuál es el partido que más cariño guarda con la Selección?

El primero.

Desde la distancia, ¿cómo ve a la Selección y la polémica que ha habido?

Me da pena, pero es algo que no puedo opinar porque no sabes qué ocurrió realmente. Me parece todo muy raro y prefiero no opinar. Es una pena que haya ocurrido. Por ellas, que pueden perderse un Mundial, y por el fútbol, que pierde a estas jugadoras. España creo que puede hacer un buen papel en el Mundial.

-Ustedes fueron las primeras en luchar por el fútbol femenino, han pasado 40 años y la lucha continúa.

Se ve que no es sólo en España, está pasando a nivel mundial. Tienen toda la razón para pedir las mismas condiciones que los hombres. Ojalá se llegue a la igualdad, pero va a costar aún mucho trabajo.

¿Qué hay ahora que le hubiera gustado tener?

La dedicación, el poder entrenar, tener entrenadores que me hubieran dicho qué tenía que hacer, personas a tu alrededor que te aconsejasen… Me hubiera gustado vivir todo lo que hay ahora dentro del fútbol, pero no me arrepiento de lo vivido. Cómo se está viviendo ahora el fútbol y poder ir a un Mundial, una Eurocopa, jugar la Champions…

La dedicación, el poder entrenar, tener entrenadores... Me hubiera gustado vivir todo lo que hay ahora dentro del fútbol, pero no me arrepiento de lo vivido.

Inma Castañón

¿Qué le gustaría que ocurriese en el futuro que aún no ha podido vivir?

El reconocimiento a esa gente que están un poco olvidadas y fueron las que apostaron por el fútbol femenino… Rafael, Maria Teresa Andreu, al gente de San Sebastián o Bilbao, que hace 40 o 50 años estuvieron luchado por el fútbol femenino. Y que España gane un Mundial. Pero sobre todo eso, el reconocimiento a esa gente.

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