LIGA F

Así explotó el ‘caso Liga F’: mails sin respuesta, reuniones fallidas, ofertas por whatsapp...

La primera reunión fue el 27 de junio. A tres días del comienzo, no había acuerdo ni mejora de ningún tipo. El plan progresivo de la RFEF iría aumentando en cinco años.

VICTOR LERENAEFE

Este fin de semana se vivió un capítulo desagradable más en el fútbol femenino. La LPFF no pudo comenzar como estaba previsto debido a la huelga ejercida por el comité arbitral. Un cruce a dos bandas entre LPFF y RFEF. Las colegiadas piden mejoras en sus condiciones laborales y, según ha podido saber AS, hay cierto malestar después de que Beatriz Álvarez, presidenta de la Liga F, les acusara de estar detrás de este ‘motín’. “Hay una institución que intenta boicotear la liga por los motivos que sean, que es la RFEF, y desde entonces no hemos encontrado más que trabas e impedimentos para llegar a esta situación”, declaró la presidenta de la Liga F.

La RFEF, por su parte, asegura que llevan desde el 27 de junio poniendo sobre la mesa el asunto de la profesionalización de las colegiadas. En esa fecha fue María Tato (área Internacional y anterior directora del Fútbol Femenino en la Federación) la que exigió que se recortara la diferencia salarial entre el masculino y el femenino. Se comenzó con una cifra de 21.000 euros anuales por persona, muy alejados de los 3.300 que reciben actualmente por partido y a repartir. La respuesta fue clara desde la LPFF: Santiago Nebot, asesor legal, afirmó que no se trata de discriminación laboral. Pablo Vilches, director general, añadió que no hay dinero.

El asunto quedó en el tejado de la LPFF, ya que desde la RFEF le pidieron que mandaran cuanto antes una propuesta. El 9 de septiembre se volvieron a reunir: ofrecieron 3.300 euros por partido, incluyendo en este recibo los emolumentos de árbitra, asistente, cuarta árbitra, delegada y cualquier gasto que derive de la relación laboral. Desde la RFEF respondieron que no es suficiente y les plantearon un plan a largo plazo, con tres temporadas de adaptación. El punto de partida serían 21.000 euros brutos anuales para cada una de ellas y llegar al final del acuerdo con 50.000 euros anuales. De esta manera, los sueldos se acercarían a los de los árbitros de 2ª división, ni siquiera a los de 1ª. Es decir, una sexta parte de lo que cobran los de máxima categoría masculina y una tercera parte de los de la segunda categoría masculina.

No hubo respuesta desde la LFPP. Eso sí, pidieron por mail una serie de requisitos que fueron enviados desde la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. No hubo respuesta. Así se llegó hasta el 30 de agosto, cuando se convocó al CSD para que intentara mediar en el asunto ya que la insistencia desde la RFEF sobre la Liga no tenía respuesta.

Ese 31 de agosto se reunió Luis Rubiales en el CSD con la presidenta de la LFPP Beatriz Álvarez. La propuesta fue rechazada, por lo que Rubiales mandó una carta a José Manuel Franco (CSD) con copia a Álvarez avisando de la urgencia del asunto.

A días del comienzo de la temporada

El 2 de septiembre se fechó una reunión entre las partes implicadas. Se volvió al principio, con el plan a tres años sobre la mesa. Pero desde la LFPP no lo aceptaron. Se hizo una nueva propuesta, con margen de mejora a cinco años progresivamente, llegando a acercarse a los salarios de los árbitros de 2ª división masculina. Se comprometieron a enviar un plan el 6 de septiembre, a cuatro días del comienzo de la competición. Como no hubo respuesta, el día 7 Andreu Camps (secretario general de la RFEF) envió un mail pidiendo una solución. Desde la LFPP respondieron el 7 de septiembre que mantenían los 3.300, pero con diferente reparto: 50% para la árbitra, 25% para las asistentes. Faltarían el resto de cosas que conlleva el arbitraje. Los días posteriores hubo una serie de llamadas. Se llegó a una propuesta a mínimos el viernes 9 de septiembre, pero siempre que fuera reflejado legalmente. Las árbitras decidieron parar. La última oferta llegó por vía whatsapp, para sorpresa de la RFEF.

Según la RFEF, así se gestó este paso en falso de la nueva y recién estrenada Liga Profesional de Fútbol Femenino. Lo que parecía algo histórico se ha convertido en un nuevo escándalo en el que las que salen perdiendo las jugadoras, ya profesionales. Algo que exigen también las colegiadas, que no tienen unos derechos laborables establecidos. No hay que olvidar que algunas de ellas ya saben lo que es dirigir en Primera División o en campeonatos UEFA. Marta Huerza de Aza fue la única española en la Eurocopa de Inglaterra. Allí sí pudo disfrutar de unas condiciones respetables. Algo que exige también en su liga.

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