Empate a nada en un derbi vasco descafeinado

Armeros y babazorros firmaron las tablas en Ipurua. Ninguno quiso arriesgar demasiado en un derbi vasco light, cero y sin cafeína. No fue ni mucho menos un partido entretenido para el espectador neutral. Pocos riesgos, menos ritmo y nula producción ofensiva. Lejos de lo que acostumbran dos de los equipos más intensos de la liga, el envite fue mayormente insulso, con más miedo a perder, o conformidad con el punto, que hambre de victoria. Más allá de la competencia deportiva, al derbi lo rodeó un ejemplar ambiente donde primó la fraternidad entre hinchadas. Ipurua no defraudó. Hasta 6.517 aficionados estuvieron presentes en las gradas en la que fue la mejor entrada del feudo armero en esta temporada.

Toda la artillería. Ambos técnicos pusieron en liza onces muy reconocibles ante la trascendencia del choque. Garitano recuperó su esquema habitual con una línea de cuatro atrás y con pocas sorpresas. Matheus formó doble pivote con el inamovible Sergio Álvarez. Javi Muñoz entró en la mediapunta en lugar de Aketxe, fuera de la convocatoria por los problemas físicos que aún arrastra. Arriba, Stoichkov volvió al once tras descansar en en Copa y Blanco Leschuk actuó como referencia. Por su parte, Luis García Plaza también salió con todo. Sedlar fue quien finalmente ocupó el lugar del sancionado Benavídez en el pivote. Jason se adueñó de la banda derecha por delante de Xeber Alkain, con Rioja por la izquierda y Miguel de la Fuente en punta.

Armeros y babazorros aprovecharon el escenario de este derbi vasco para promocionar el euskera. Con motivo de la iniciativa ‘Euskaraldia’, que pretende impulsar el uso de esta lengua en Euskadi, los equipos posaron tras una pancarta antes del inicio del duelo. Una vez se escuchó el pitido del colegiado, las amistades quedaron a un lado. A pesar del buen hacer del Glorioso para anular la habitual intensidad que imprime el Eibar en sus arranques, el primer tanto cayó del bando armero. No subió al marcador. Un fuera de juego milimétrico privó a Stoichkov de abrir la lata. El gaditano había finalizado tras un error grosero de Sivera. La réplica llegó acto seguido. Y por partida doble. Primero Jason cabeceó alto y después Guridi picó demasiado ante Luca. La primera mitad transcurrió por unos derroteros de escasa fluidez y continuidad en el juego. El control del balón se fue turnando sin un claro dominador.

Contratiempo en forma de lesión para Luis García. Abqar tuvo que abandonar el encuentro al descanso. Su lugar en la zaga lo ocupó Laguardia. El Alavés parecía más conforme con un empate que la aseguraba el liderato. Fue el Eibar quien llevó la manija en busca del gol. El incansable García de Albéniz se proyectó constantemente por banda. Pero sus centros no encontraban rematador. Los técnicos movieron ficha buscando agitar el partido. Susto en un centro lateral que se envenenó y le dio problemas a Luca Zidane. El duelo se desmelenó ligeramente en los últimos minutos. Alkain estuvo cerca de embocar una volea que repelió la defensa. Pequeño arreón final babazorro. Sin ser un asedio, pero inquietando a la zaga gasteiztarra. También terminó por acercarse el cuadro local con dos jugadas a balón parado en el descuento. Tampoco así llegaría el gol. Así, un empate que mantiene al Eibar invicto en Ipurua y al Alavés en lo más alto de la tabla.