El tiempo se paró en El Palleter
Un año después de la dana, quedan tres campos por reconstruir en las localidades de Bugarra, Algemesí y Paiporta.
En Paiporta, localidad que fue arrasada por el agua hace un año y en la que fallecieron 56 de las 229 víctimas de la dana, la vida da síntomas de parecerse a lo que era antes de la riada. Pero solo lo parece, la misma no es ni lo será. En los parques hay niños con sus abuelos, en las terrazas hay gente tomando café; se ven comercios con clientes en su interior, unos locales que se nota están recién pintados y que han estrenado hace nada puertas y cristaleras. Pero numerosos bajos están todavía en reforma y varios tienen pinta de que nunca volverán a abrir. En cualquier manzana se siguen viendo persianas destrozadas, fachadas con manchas de barro, techos apuntalados o carteles de ascensor averiado. Paiporta todavía huele a humedad y el asfalto de sus calles continúa teñido de marrón. Hace un año de la dana, poco tiempo para olvidar y reparar todo el mal que causó.
Un año después: las imágenes de la Dana en Valencia que nunca olvidaremos
El fútbol es un reflejo de esas dos caras de Paiporta, de su ‘nueva’ normalidad. El Terrer acaba de ser reinaugurado. Los niños y niñas del E1 Paiporta, Atlético Ciudad y Paiporta CF tienen desde principios de octubre un campo en el que jugar en su pueblo, aunque sin vestuarios en los que ducharse por problemas de alcantarillado. Pero a escasos 200 metros la imagen es tétrica. En Paiporta hay un lugar donde el tiempo se paró en la tarde del 29 de octubre: El Palleter.
Sus muros siguen esparcidos a trozos; su terreno de juego es un espacio diáfano de tierra desértica sin porterías y con basura acumulada; sus vestuarios... ¡ay sus vestuarios! Las casetas son en su conjunto un escenario de película de guerra, un espacio apocalíptico, un espejo de lo que pasó. El barro reseco cubre los suelos hasta una altura de medio metro; de las paredes aún cuelgan carteles y fotografías de jugadores manchadas de fango, como lo están los restos de los falsos techos que no cayeron. Donde antes se jugaba al fútbol ahora se hacen botellones clandestinos.
El Palleter, la casa del Paiporta CF, es uno de los tres únicos campos de fútbol que quedan por reconstruir de los 15 que fueron completamente destruidos en la provincia de Valencia (más otros 75 que sufrieron desperfectos). Los otros son el de Algemesí, cuyo proyecto está en marcha, una obra que sufragará el Valencia CF, y el Municipal de Bugarra, ubicado a la vera del río Turia, que no se reformará hasta que se construya un muro de contención, una obra mayor.
“O volvemos a nuestra casa o un club centenario desaparece”
Mari Carmen Sanchis, delegada del Paiporta CF
“He venido porque me lo habéis pedido, porque os habéis portado fenomenal siempre con nosotros, pero no me gusta venir (se le entrecorta la voz). Me dan ganas de llorar como el primer día que vine tras la dana. Lloré y lloré sin parar. Esto era una piscina, era el caos. Qué triste es seguir viendo así El Palleter”, comenta Mari Carmen Sanchis, delegada del Paiporta CF, club fundado en 1922 y que se proclamó en abril campeón de Primera Federación Valenciana pese a las adversidades vividas por sus jugadores y por el club.
“No estamos igual, estamos peor que hace un año, porque estamos perdiendo muchísimas cosas a nivel social y como institución; el pasillo de mi casa es un almacén de camisetas, balones... porque no tenemos otro sitio donde guardar el material; los chavales van de cabeza cada semana, no saben a dónde ni a qué hora entrenamos, en qué campo vamos a jugar... Queremos volver a nuestra casa, necesitamos regresar; sino este club centenario desaparecerá”.
Un campo que pertenece a la RFEF
El Palleter pertenece a la RFEF, que informó que destinaría la recaudación del España-Holanda de la Nations League en Mestalla a su reconstrucción (algo más de 2M€). Inclusive tiene un diseño de proyecto. Pero está pendiente de un convenio que debe firmar con el Ayuntamiento de Paiporta para la permuta de una parcela adyacente, un papeleo que está anclado en los despachos del consistorio.
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“Lo que nos dicen es que la RFEF está esperando que le den luz verde, pero pasan los meses y no vemos solución”, denuncia Juanjo Casañ, presidente del club. “Si la temporada que viene seguimos sin casa, nos arruinamos. De 19 equipos hemos pasado a 7; de 400 socios a poco más de 200; no tenemos los ingresos de taquilla ni los del bar... así es imposible olvidarse de la dana”.
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